El teléfono 016 en España es, ahora mismo, la única forma que tienen las víctimas de violencia de género de obtener información de la manera más segura posible. Se instauró por primera vez hace once años, y fue todo un hito. Permitía que las mujeres que estaban sufriendo violencia de género llamaran de forma anónima, informaran de su situación y obtuvieran la ayuda que necesitaban a distancia; se les informaba de los pasos que debían dar, de cómo debían tratar de escapar o incluso se alertaba a la policía para que fuera a estudiar la situación y a salvarlas de su maltratador.
Esta línea está bajo la gestión del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y, como las propias trabajadoras de la línea afirman, "prestan atención confidencial las veinticuatro horas de los 365 días del año, con una media de más de 6.000 llamadas cada mes. Es un ejemplo y un referente internacional en el que se miran otros países". Gracias a su incansable labor, miles de mujeres reciben las respuestas que necesitaban cada mes.
Desgraciadamente, no es oro todo lo que reluce, y las trabajadoras ahora ven cómo la línea peligra. La continuidad del 016 pende ahora mismo de un hilo, tal y como han explicado en una petición de Change. Lo que pretenden es que el nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sea consciente de la situación y acabe con los problemas de este servicio.
La línea está salvando vidas
"Un enfoque político mercantilista, que lo gestiona como un negocio privado, está poniendo en peligro su continuidad, sin importarle recortar la labor profesional de su equipo ni el daño para las víctimas que supondría perderla", explican las trabajadoras desde la plataforma Change.
Pese a que el teléfono contra la violencia de género dependía del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, de la gestión de la línea se encargaba una empresa privada llamada Qualytel Arvato. Hasta hace tan solo una semana, cuando Atenzia lo adquirió en un concurso al que únicamente se presentó ella. La anterior compañía ya no quería continuar con el trabajo porque decían que la línea les estaba haciendo perder dinero y, como empresa privada que es, su principal interés es obtener beneficios.
Hasta aquí todo podría parecer comprensible. El problema es que la fecha fijada para que Atenzia se hiciera cargo del 016 era el 1 de junio y, precisamente ese día, la empresa anunció que no podía mantener a todas las trabajadoras en su puesto. Había un total de veintitrés trabajadoras, siendo veintiuna fijas por contrato y las otras dos con un contrato temporal. Tras ese anuncio, Atenzia no se ha hecho cargo del servicio; lo único que sí han hecho ha sido enviar notificaciones a dos trabajadoras, en las que se les informaba de que su contrato no sería renovado y serían despedidas el 12 de junio.
El resto de compañeras ha asegurado al diario Público que "la tensión a la que estamos siendo sometidas nos obliga a llevar a cabo nuestras funciones en el servicio 016 en unas condiciones de tensión extrema, lo que está poniendo en grave riesgo nuestro trabajo de información y asesoramiento a las víctimas" de violencia de género. Por ahora, ninguna de las trabajadoras con un contrato indefinido ha sido despedida, pero no se sabe hasta qué punto Atenzia podrá continuar contando con ellas. Las trabajadoras han aludido que el servicio que están realizando "salva vidas".
La línea 016 es de vital importancia a la hora de luchar contra la violencia de género, puesto que sirve como vía de escape a muchas mujeres que se encuentran en situaciones realmente preocupantes. Sin ella, los casos de violencia de género con desenlaces fatales, como el asesinato de la mujer, podrían aumentar considerablemente. Es por eso que se está pidiendo al Gobierno que haga algo, que salven la línea de teléfono. Por ahora, fuentes del partido al mando, el PSOE, han asegurado que harán llegar el problema a quien compete.