Volar por la ciudad para desplazarse a cualquier punto en cuestión de minutos será una realidad antes de lo que pensamos. La entidad pública Enaire ha anunciado que está participando en dos proyectos europeos para llevar demostraciones de aerotaxis a las ciudades españolas de Barcelona y Santiago de Compostela en el año 2022.
El director de Enaire, Ángel Luis Arias, ha explicado esta novedad en el congreso virtual 'The future is waiting for us: the new urban air mobility', un encuentro en el que analizaron los retos que entraña la movilidad aérea urbana.
Con todo, los taxis aéreos que desarrollará Enaire contarán con plataformas de gran tamaño y recorrerán espacios abierto. En función del desarrollo regulatorio alcanzado en cada momento, embarcarán personas o muñecos de prueba. El objetivo, en todo momento, será desarrollar la infraestructura necesaria para poner este servicio en funcionamiento cuanto antes.
Todo depende de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que pretende hacer pruebas de media docena de empresas con aerotaxis en 2021. Algunas iniciativas privadas ya han tomado ventaja en el desarrollo de vehículos voladores y el objetivo pasa por desarrollar este servicio en la medida de lo posible cuanto antes.
Una de las más avanzadas es Tecnalia, que a mediados de julio de 2019 puso a volar un taxi con capacidad para un pasajero, máximo 150 kilos y autónoma de 15 kilómetros. Desde aquella prueba en el coso Donosita Arena, la compañía ha avanzado en el control de la aeronave para lograr mayor estabilidad, precisión y eficiencia.
En Carrases también hay un aerotaxi en desarrollo, que tendría que haber despegado este mismo verano, pero que difícilmente empezará a funcionar antes de 2021 por la crisis sanitaria. El colapso de la Administración, lamentan y también comprenden los responsables de este proyecto, ha hecho que todavía no cuenten con los permisos necesarios.
Carrera por un sector en el que se prevé éxito
La carrera por posicionarse en un sector que se prevé una mina es ardua. Boeing y Airbus, por ejemplo, ya cerraron en 2018 sus propios prototipos reales de coches aéreos. La multinacional estadounidense voló su Beoing NeXt en enero de 2019, un vehículo con alas. Cuatro meses más tarde, el Citybus de Airbus, superó su primer test al elevarse de manera remota.
A ellas se suman los coches. Tesla, por ejemplo, se ha sumado a esta carrera, en la que entran las firmas de lujo como Rolls Royce, que entra en una alianza con Airbus para el CityAirbus; o BMW en un acuerdo con Alaka'i Technologies para desarrollar Ski Flying Car.
Uber, también se ha aliado con Bell Helicóptero para lanzar el Bell Neus. Se trata de empresas que entran en un mercado que todavía no ha entrado en funcionamiento y que todavía queda a expensas del desarrollo tecnológico, una circunstancia que todavía dibuja demasiada incertidumbre en este caso.
Sea como sea, habrá que esperar hasta el año 2023 para que la Unión Europea apruebe el marco regulatorio que permite la circulación de la categoría certificacda como aerotaxis y drones con mercancía peligrosa. Hasta entonces y mientras tanto, solo se podrán hacer pruebas de vuelo en zonas no urbanas y sin personas a bordo.