Mariano Rajoy se fue por la puerta de atrás como Presidente del Gobierno, y es que fue el primero de la democracia española en ser echado de la Moncloa por una moción de censura -ha habido tres en nuestra historia pero dos de ellas fracasaron-. Ahora el PP se encuentra sin líder y en busca de alguien que les lleve a ganar las próximas elecciones generales, aunque según algunas encuestas da igual si vence Soraya Sáenz de Santamaría, Pablo Casado o María Dolores de Cospedal, el PP está destinado al fracaso.
Mientras el escándalo continúa en los conservadores hay quienes celebran el descalabro de Rajoy y del PP, pero otros están muy tristes por la marcha del político gallego y aseguran que Pedro Sánchez no es la solución. Y después hay quienes cometen locuras sin más por el expresidente, como René Naredo que se ha tatuado la cara de Rajoy en su antebrazo, para que se le vea bien.
Lo hizo en el festival de música Metrópoli de Gijón, en donde actúan grupos como Sidecars, Taburete o Leiva. Los motivos los desconocemos porque a pesar de que uno de los reporteros del festival preguntó a René qué le había llevado a cometer tal locura, él no supo explicar los motivos. Sin embargo, parece que se lo pensó al menos una vez ya que aseguró que pensaba tatuarse la cara del rey, no sabemos si de Juan Carlos o de Felipe, pero fuese como fuese sigue sonando estrambótico.
La cara de Rajoy que ahora adorna el antebrazo de este joven asturiano no es la típica que el expolítico suele poner ante los medios, sino que es más parecida a la que tenía cuando salió del famoso restaurante en el que estuvo ocho horas mientras en el Congreso se debatía sobre su cese.
La cara de Carles Puigdemont en el culo
Aunque suena raro que alguien se tatue la cara de Rajoy, no es la primera vez que vemos cómo alguien decide llenar su piel con el rostro de políticos. Y es que hace unos meses conocíamos que un joven catalán se tatuó la cara del expresident Carles Puigdemont en el culo. Este lo hizo porque perdió una apuesta, pero en lugar de echarse atrás y decir no, decidió cumplir su palabra. Al final aseguró que lo hizo porque le la "figura" de Puigdemont le "llamaba la atención".
Eso sí, ejemplos de este tipo de tatuajes hay por doquier. Hay quienes se han grabado en la piel a Trump, Hilary Clinton, Michelle Bachelet, Andrés Manuel López Obrador, Ché Guevara, Angela Merkel, Fidel Castro o Cristina Fernández de Kirchner.