El Gobierno talibán ha endurecido la legislación contra las mujeres en el conocido como emirato islámico. La nueva norma impide a las mujeres hablar o mostrar su rostro en público y argumenta que la voz de las mujeres es "íntima, por lo que no deben ser escuchadas cantando, recitando o leyendo en voz alta en público.
De este modo, el Gobierno, sin reconocimiento internacional, destierra a las mujeres de cualquier espacio público, incluyendo política, noticiarios, películas o cualquier tipo de expresión pública en medios o en la calle.
La prohibición se incluye en un paquete de leyes ratificado por el líder supremo del régimen, Hibatullah Akhundzada, que afecta a las libertades personales y prácticas religiosas, limitando el ámbito personal de la población.
Además, se prohíbe a los hombres el uso de corbata, afeitarse o recortar la barba por debajo de la longitud de un puño. Así se recoge en la nueva ley de Prevención del Vicio, como la denomina el gobierno afgano.
Mayor represión
Los talibanes han intensificado la represión de forma escalada, desde que llegaron al poder tras el colapso del Gobierno de Hamid Karzai, amparado entonces por la coalición militar liderada por Estados Unidos, que abandonó el país en 2022.
Las normas se han aprobado progresivamente y han ido desterrando a las mujeres y niñas de la sociedad, prohibiendo ir a la escuela, la universidad, trabajar en empresas. Además, muchas empezaron a taparse en la salida a la calle por miedo a ser vejadas o perseguidas por las autoridades, algo que ahora obliga la ley sin excepción.
Los talibanes afirman que las mujeres deben cubrir su rostro para "evitar la tentación y no seducir a los demás", con ropa que no sea "fina, ajustada, ni corta" y que cubra la totalidad del cuerpo. Se debe ocultar el aspecto a cualquier desconocido y no se puede mirar a cualquier hombre con quien no mantenga parentesco de sangre o matrimonio.
De este modo, la norma aplica una visión ultra y muy rigorista de la ley islámica, conocida como 'sharia', y del 'Hanafi', una de las cuatro principales escuelas que dicta jurisprudencia para los suníes.
Algunas de las medidas aplicadas están siendo más estrictas que en su anterior etapa, durante la década de 1990. Entre ellas, prohibir a las mujeres viajar solas o usar el transporte público con quienes no comparten parentesco. En los autobuses y transporte público no se puede escuchar música y los conductores tienen obligación de detener los vehículos en horas de oración.
Además, los medios tienen prohibido difundir información que "humille o insulte a los musulmanes" y que contenga "imágenes de seres vivos". Los grupos a favor de los derechos humanos considera que se trata de una vía para aprovechar el cierre de canales de televisión y cualquier medio crítico con los talibanes, eliminando de este modo cualquier resquicio de libertad de expresión.