Los talibanes regresaron al poder en Afganistán en agosto de 2021. Nada más recuperaron su posición, prohibieron la educación secundaria de las niñas. Sin embargo, este martes han ido más allá y han prohibido "hasta nuevo aviso" la admisión de mujeres en universidades públicas y privadas de todo el país, según ha anunciado el ministro talibán para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, Mohamad Jalid Hanafi.
El pasado martes 21 de diciembre, el Ministerio de Educación Superior emitió un comunicado en el que informaba de la insistencia por parte de las autoridades afganas en suspender la admisión de mujeres en las instituciones educativas superiores. Varios medios afganos han difundido una carta del ministro en la que se expone que la medida entrará en vigor con "efecto inmediato".
Las organizaciones internacionales responden
Ante este atentado contra los derechos de las mujeres, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Gobierno de Estados Unidos han condenado la decisión de los talibanes. "Esto es perjudicial para las mujeres, pero también para Afganistán en general", ha afirmado la Representante Especial para Afganistán y Jefa de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), Roza Otunbayeva.
Asimismo, la Casa Blanca ha calificado la medida como "indefendible" y múltiples organizaciones internacionales se han pronunciado al respecto. Entre ellas, la ONG Human Rights Watch (HRW), que califican a esta medida como "vergonzosa", o la ONG Amnistía Internacional (AI), que ha llegado a pedir a las autoridades afganas que retrocedan con la implantación de este mandato.
Más medidas discriminatorias contra las mujeres
Los talibanes están implantando una serie de restricciones que impiden que las mujeres gocen de los mismos derechos que los hombres. Desde hace unos meses, las autoridades afganas no han permitido que las alumnas de curso superior a sexto se incorporen a clase, cosa que sí han podido hacer los alumnos.
Después, en febrero, el proceso de reapertura de universidades tras la imposición de una segregación por género en las aulas finalizó. Ahora, los talibanes recalcan que su misión es defender los derechos de las mujeres "definidos por el islam".
De esta manera, el régimen fundamentalista convierte a Afganistán en el único país en el mundo que prohíbe la educación a mujeres y niñas, lo cual impide que se constituya como miembro de la Comunidad Internacional: "Los talibanes no pueden esperar ser un miembro legítimo de la comunidad internacional hasta que respeten los derechos de todos en Afganistán ", explica el secretario de Estado, Anthony Blinken.
Además, estas limitaciones al ámbito educativo dificulta la búsqueda de empleo para las mujeres, lo cual supone una pérdida económica importante. "Afganistán ya está perdiendo más de mil millones de dólares al año en contribuciones que las mujeres podrían estar haciendo a la economía. Ahora los talibán han condenado al pueblo afgano a estas pérdidas y a más. Ningún país puede prosperar cuando la mitad de su población está reprimida", ha concluido Blinken.