De la política a la hostelería. El pasado 19 de marzo Pablo Iglesias abría las puertas de la Taberna Garibaldi, ubicada en el madrileño barrio de Lavapiés, teniendo una muy buena acogida, especialmente entre los simpatizante del que fuera secretario general del Podemos. Sin embargo, la alegría se ha visto truncado en tan solo cinco días.
El 24 de marzo, el establecimiento se veía obligado a echar el cierre. Aquellos que acudieron a tomar algo se toparon con la persiana bajado y un cartel en la fachada en el que se anunciaba este cierre, eso sí, temporal. El motivo sería un problema en las tuberías.
"Cerrado por avería en tubería de agua. Disculpen las molestias. Muchas gracias", reza el cartel que no ha tardado en hacerse viral a través de las redes sociales. A través de la cuenta de la red social X (Twitter) han dado más explicaciones tirando de humor: "Este domingo descansamos para hacer una última reparación y para proveernos de cerveza que habéis vuelto a agotar".
Este domingo descansamos para hacer una última reparación y para proveernos de cerveza que habéis vuelto a agotar... El martes a las 12 volvemos a abrir. Abrazos garibaldin@s pic.twitter.com/ezWE1EgB5H
— Taberna Garibaldi (@Garibaldi_28012) March 24, 2024
Pero que no cunda el pánico. Parece que los problemas de tuberías no son graves y el martes 26 la Taberna Garibaldi volverá a abrir sus puertas. De esta forma, el cierre solo ha afectado al domingo pues los lunes cierran por descanso.
Carta llena de guiños políticos
Ubicada en el número 8 de la calle Ave María de Madrid, el local era una antigua peluquería que mantiene su fachada. La Taberna Garibaldi, que recibe el nombre de la brigada italiana Garibaldi que participó en la defensa de la Segunda República española durante la Guerra Civil, es propiedad del ex vicepresidente segundo del Gobierno, del poeta Sebastián FiorillI y el cantautor Carlos Ávila, que se han asociado para sacar este negocio adelante.
Antes insulso de su apertura, la taberna ya dio de qué hablar por su carta de lo más peculiar, cargada de guiños políticos. Desde Fidel Mojito (por Fidel Castro) hasta Ché Daiquiri (por el Ché Guevara) pasando por Mandela Zulú (en alusión a Nelson Mandela).
Entre los entrantes encontramos el salmorejo Partisano, la ensalada Garibaldi o el Vitello tonnato, entre otras opciones; y para continuar nos presenta enchiladas Viva Zapata o Brigada Garibaldi e incluso una carrillera estilo Farinelli.
También cuenta con opciones veganas. Además de las tostas y bocadillos, la carta cuenta con un apartado 'No me llame ternera', haciendo referencia al documental del periodista Jordi Évole sobre Josu Urrutikoetxea (Josu Ternera), exdirigente de ETA.
