La guerra de Ucrania ha generado una auténtica escasez de aceite de girasol en todos los supermercados. Muchos establecimientos se han visto obligados a limitar la cantidad de botellas que pueden adquirir los consumidores, en el caso de que directamente no cuenten con falta de stock. Una racionalización obligada, puesto que Ucrania es el principal productor de este tipo de aceite.
Desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS) informan que varias compañías que se encargan de la distribución alimentaria han limitado dicha venta. Además, se está registrando un aumento del precio del aceite de girasol, por lo que muchos consumidores están estudiando alternativas sin tener que acudir al aceite de oliva.
La alternativa
En este caso, hay un sustituto para el aceite de girasol: se trata del aceite de orujo de oliva. La Asociación de Industriales, Productores y Comercializadores de Aceite de Orujo de Oliva asegura que es el segundo mejor aceite, por detrás del de oliva: "Su calidad lo hace idóneo para utilizarlo en un mayor número de frituras que el resto de aceites sin alterar las propiedades de los alientos".
El aceite de orujo de oliva presenta una fuente rica en ácido oleico, fortalece el sistema inmune, alivia la inflamación y reduce la resistencia a la insulina. Aquellos que decidan apostar por este producto, podrán freír y cocinar alimentos sin ningún problemas.
Otra de las alternativas a las que se puede recurrir es el aceite de coco, aunque se puede volver líquido al entrar en contacto con el calor. La mantequilla es otra vía, idónea para cocinar, muy empleada en muchos países europeos y americanos para cocinar.