Hay algunos que no merecen la pena, que más que satisfacción dan disgustos. Hay otros, sin embargo, que con mirarlos ya te sacan la sonrisa tonta. Y por último, unos pocos son capaces de sorprender de una manera casi hipnótica por su gran tamaño, sus desmesuradas dimensiones. Algo gigantesco, extraordinario, monumental, ciclópeo. Hablamos, evidentemente, de los penes.
Precisamente un grupo de cinco enfermeras quedaron especialmente encandiladas con una de estas criaturas de la naturaleza. Porque sí, ese miedo que todo el mundo tiene sobre si los profesionales de la sanidad cotillean nuestras partes íntimas cuando no somos conscientes es una realidad.
Estos salseos, normalmente, se llevan de una manera bastante discreta entre los propios compañeros del hispital para que ni los pacientes ni los familiares de estos se enteren. Pero en este caso el suceso ha trascendido dando a conocer una historia bastante turbia.
Sucedió hace unos meses en Denver (Colorado) entre el 31 de marzo y el 3 de abril, aunque no se tuvo constancia de lo sucedido hasta mayo, cuando una enfermera escuchó a una de ellas haciendo referencia al pene de un paciente en unos términos poco a apropiados. La mujer, que no debería llevarse precisamente bien con su compañera, corrió a dar parte al hospital.
Al parecer, un grupito de enfermeras se había quedado absolutamente fascinadas con el tamaño del pene de un paciente que estaba incapacitado. Así, de vez en cuando corrían a la habitación del pobre hombre a admirar semejante miembro. La cosa se les fue tanto de las manos que una vez el paciente murió, las cinco enfermeras acudieron hasta la morgue para abrir la bolsa del cadáver y despedirse de lo que tenía entre las piernas.
Tres semanas suspendidas de empleo y sueldo
"Múltiples miembros del personal vieron a la víctima mientras estaba incapacitada, incluyendo cuando estaba muerto", explica el informe de la policía de Denver, que llegó a intervenir cuando el escándalo salió a la luz. Sin embargo, finalmente fue el propio hospital el que se encargó de resolver el problema de manera interna.
Cabría pensar que las enfermeras fueron despedidas de manera fulminante, pero no. Las cinco fueron suspendidas de empleo y sueldo durante tres semanas. Cuatro de ellas ya se han reincorporado mientras que la quinta decidió no volver a su puesto.