La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha optado por mantener un perfil bajo. Su posición quedó especialmente dañada desde que perdió rotundamente las primarias ante un Pedro Sánchez que desalojó por la fuerza en el Comité Federal del pasado 1 de Octubre de 2016.
La única lucha de Díaz parece mantenerse al frente de la Junta, que cuenta por asegurada ante su buena imagen entre los votantes de la región. Sin embargo, la mala relación con Pedro Sánchez le ha dejado en una situación que queda agravada por la huída de parte de los barones que mantenían fidelidad hacia ella.
Por ello, Susana y su entorno se han replegado en Andalucía. "De Despeñaperros para arriba la responsabilidad es de Pedro, a nosotros que no nos rindan cuentas", han afirmado varios cargos de San Telmo. A pesar de ello, de cara a la galería se mantiene un apoyo cerrado a la política del Secretario General.
La lucha se recrudece a medida que pasan los meses. La ausencia de Pedro Sánchez en el Congreso es palpable a la hora de demostrar la relevancia del PSOE y la forzada entrada de Podemos en el gobierno de Page en Castilla la-Mancha ha sentado como un auténtico jarro de agua fría entre gran parte de sus filas.
Por ello, quizás, ningún cargo del PSOE-A decididó acudir a la celebración del Comité Federal del pasado sábado 17 de febrero. La ausencia es importante, puesto que se trata de la federación, con diferencia, más fuerte en el Partido Socialista (ha mantenido el gobierno durante toda la democracia).
"Estoy viva"
"Estoy viva", asegura una debilitada Susana Díaz a nivel nacional, pero reforzada a nivel autonómico. Las encuestas le otorgan una holgada mayoría, que podría obligar a Ciudadanos a mantener su Ejecutivo, puesto que las cuentas no salen adelante con los populares.
Además, el desgaste de Podemos y PP se hace notar en la región, por lo que perderían una oleada de apoyos que irían en beneficio de Díaz y los naranjas, que suben tras el contundente efecto catalán.
Los tiempos corren a favor de la candidatura socialista andaluza. Las previsibles elecciones de marzo de 2019 se realizarían dos meses antes del resto de autonómicas y municipales, lo que supondría un soplo de aire fresco antes que Pedro Sánchez pruebe su efecto a nivel territorial tras recuperar las riendas del PSOE.
En esta carrera electoral, la presidenta de la Junta tiene en mente aumentar el gasto en servicios sociales entre los que destaca la Sanidad, quizás, con una ampliación de la cartera de servicios.
Esta decisión no cuenta con un apoyo cerrado de los naranjas, que no comulgan con el dispendio en servicios sociales. Todo apunta a que los acuerdos para esta legislatura se darían por rotos, aunque no afecta a Susana Díaz: puede prorrogar los presupuestos ante las elecciones.
Tras los comicios, sin embargo, se espera que Ciudadanos renueve su acuerdo con el PSOE para no aparecer como culpable de una hipotética repetición de elecciones o del bloqueo en el Palacio de San Telmo en Sevilla.
Los naranjas siempre han apostado, a nivel autonómico, por apoyar a la lista más votada. Sin embargo, su previsible y fuerte aumento de apoyos hace prever que mantendrán mayor influencia en las políticas de la Junta. ¿Habrá entrada en el Gobierno? No se descarta: una de las principales debilidades de la formación de Albert Rivera es la falta de experiencia en el poder ejecutivo.