El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha declarado ilegal despedir a un trabajador por pertenecer a la comunidad LGTBI, algo que se mantenía en pleno 2020 en varios estados del país norteamericano.
El Supremo se basa en la ley federal que prohíbe los despidos discriminatorios, ya sea por razón de identidad de género u orientación sexual, algo que supone una victoria para el activismo LGTBI en plena era Trump. Precisamente, el presidente estadounidense se mantenía partidario de mantener esta norma discriminatoria.
El tribunal no ha tenido dudas a la hora de emitir esta sentencia: "Hoy debemos decidir si alguien puede ser despedido simplemente por ser homosexual o transgénero. La reespuesta es clara".
¿Y cuál ha sido esa respuesta? Ampararse en el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 que especifica: "Un empleador que despide a un individuo por ser homosexual o transgénero, lo despide por rasgos o acciones que habría cuestionado en miembros del sexo diferente. El sexo juega un papel necesario e indiscutible en la decisión, exactamente lo que el Título VII prohíbe".
El Supremo, de mayoría conservadora tras su última renovación, ha intepretado que esa ley impide expulsar a un empleado por el único motivo de ser una persona LGTBI, algo que ya sucedía expresamente en 21 estados.
Los magistrados conservadores Neil Gorsuch y el presidente del tribunal, John Roberts, se han posicionado del lado de la minoría progresista que ha apoyado en bloque esta propuesta, por lo que ha decantado la balanza finalmente a seis votos frente a tres.
Donald Trump, a favor del despido por pertenecer al colectivo LGTBI
La sentencia adquiere mayor relevancia porque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha manifestado públicamente a favor de mantener el despido para las personas LGTBI.
Sin embargo, el Supremo reconoce los derechos de Gerald Bostock, que perdió su empleo en Georgia por el único motivo de apuntarse a un equipo de softball compuesto por personas homosexuales; además de Donald Zarda, una persona que ha fallecido antes de que el caso llegase a los tribuanles, apartado como instructor de paracaidismo por decir a un cliente que era "cien por cien gay".
El Ejecutivo de Trump intentó que la Ley de Derechos Civiles no intercediese en la sentencia alegando que el término "sexo" contenido en la norma "no incluye la orientación sexual", por lo que no se estaría incumpliendo ninguna norma "mientras se trate a los hombres que mantienen relaciones homosexuales igual que a las mujeres que mantienen relaciones homosexuales".
Además, el Gobierno pretende reducir ciertas protecciones contra la discriminación a las personas LGTBI, por ejemplo, a la hora de recibir atención y seguro médico, o al reducir la categoría de sexo solo a 'hombre y mujer'. La decisión condiciona especialmente a las personas transgénero a la hora de efectuar el denominado proceso de transición.