La incertidumbre sobre el futuro de los supermercados DIA ha sido máxima hasta el último minuto, en un momento en el que la enseña de supermercados ha estado a punto de firmar la quiebra de sus cuentas y, con ello, escribir la fecha de defunción de una de las empresas de distribución más conocidas de nuestro país.
El futuro de la empresa se ve garantizado, de momento, tras la firma de un acuerdo entre el vehículo inversor de Mikhail Fridman, LetterOne y el Banco Santander. Ese acuerdo se ha producido tras un intenso fin de semana de negociaciones hasta el amanecer en el que cualquier escenario era posible.
La posición de Stpehan DuCharme, el hombre fuerte de Fridman y Javier García-Carranza, el máximo responsable del Santander en situaciones de crisis; se han mantenido reunidos durante el sábado y el domingo para acercar posturas, desde unas posiciones muy férreas que han amenazado la continuidad de las negociaciones en algunos puntos.
El resultado es muy positivo, ya que una hipotética quiebra hubiera provocado el derrumbe de una estructura empresarial que da más trabajo a 44.000 personas, 28.000 en España. Todos estos puestos se encuentran asegurados, al menos a corto plazo.
Gracias al pacto firmado entre el inversor ruso y el Santander, la empresa de supermercados podrá refinanciar la deuda bancaria de 912 millones de euros hasta 2023. Con ello, Fridman también tendrá la oportunidad de inyectar otros 500 millones de euros que irían dedicados a acometer toda una serie de reformas drásticas con las que reformular el modelo de negocio desfasado de la compañía y conseguir una posición sólida de cara al futuro.
Sin el pacto, DIA hoy habría firmado su fecha de defunción, ya que Fridman se negó a aportar dinero fresco sin una refinanciación de la deuda. Un movimiento arriesgado que había provocado fuerte temor entre muchos inversores, pero que finalmente ha llegado a buen puerto.
A punto de entrar en preconcurso de acreedores
La situación de la firma de supermercados era completamente crítica. El agujero patrimonial de 174,9 millones que arrastra por las pérdidas de 2018 le hubiera llevado hoy a declarar el preconcurso de acreedores, que se salva porque Fridman ya ha desvloqueado cerca de 180 millones de euros de los 500 que se incluyen en la ampliación de capital.
El magnate ruso Mikhail Fridman ya se ha hecho con el control del 70% de la compañía de supermercados, lo que permitirá comenzar a introducir la larga lista de reformas que permitan actualizar su modelo de mercado y volver a convertir la enseña en competitiva.
En las próximas semanas también se prevé el relevo de gran parte del consejo de administración, incluido el consejero delegado, Borja de la Cierva y el presidente en funciones, Richard Godling.
Gran parte de este órgano se ha opuesto durante los últimos meses al asalto de Fridman, aunque finalmente su llegada ha sido fundamental para evitar una quiebra que empezaba a parecer inevitable.
