La Guardia Civil ha incautado varios lotes de jamón y embutido loncheado que se estaban distribuyendo a través de los supermercados DIA. La Benemérita investiga si, como sostiene Comapa, los lotes fueron robados y puestos a la venta en los lineales bajo las marcas Campo Noble, Qsabor y De Casta.
La enseña de distribución no se encuentra directamente implicada en el caso, aunque se investiga a su responsable de charcutería. La firma está colaborando en las investigaciones: "Nos pidieron retirar unas partidas determinadas ante la sospecha de un robo y procedimos a hacerlo de forma inmediata", ha asegurado un portavoz de la compañía.
Las personas señaladas en este caso son los antiguos gestores de la propia Comapa, los hermanos David y Jaime Álvarez, que estaban distribuyendo los lotes a través de las firmas mencionadas según publica El Economista.
Junto a ellos, también se está analizando el papel de Ángel Monreal, exdirectivo de Carrefour que llevaba la cuenta de Comapa y que actualmente ejerce como responsable de charcutería en DIA. Los agentes están analizando las relaciones mercantiles que podrían existir entre Monreal y los hermanos Álvarez, así como los intereses que podría comportar la compra de los productos intervenidos.
Comapa, en el pasado, ya fue objeto de polémica por vender en Carrefour jamón polaco a bajo precio como si en realidad fuera español, lo que llevó a una renovación de la cúpula que terminó con sus antiguos gestores.
Denuncia ante la Guardia Civil
Ahora, la ejecutiva de Comapa se ha personado en la Comandancia de la Guardia Civil de Tres Cantos (Madrid), para interponer una denuncia contra Qsabor Foods (antes Iberian Focus) por un presunto delito de receptación.
Este delito se produce cuando una persona encubre a los responsables de un delito con ánimo de lucro, lo que presuntamente se habría producido en la presunta extracción ilegal de producto de los almacenes de Comapa.
La situación actual de Comapa es especialmente complicada, puesto que la firma se encuentra en concurso de acreedores tras la dimisión en bloque de todo el equipo directivo de Vall Companys el pasado mes de noviembre.
Precisamente, la propia Vall Companys fue la responsable de encargar una auditoría donde se destapó "la existencia de operaciones de carácter ordinario junto a otras no sostenibles, llevadas a cabo por David y Jaime Álvarez". Ambos continuan siendo accionistas de Comapa a través de Fleku Treinta, mediante la que poseen un 10,78% de la enseña.
Mientras tanto, Jaime Álvarez niega que tanto él, como su hermano David, hayan realizado ninguna acción fraudulenta contra los intereses de la compañía. La investigación, mientras tanto, continua hacia adelante.
