La cadena de distribución DIA ha aumentado significativamente sus ventas durante la crisis sanitaria: un 6,3% más que en el mismo período del año anterior. Este empuje le ha permitido consolidarse con una situación más sólida respecto a la que arrastraba desde antes de la pandemia por dos motivos: ha sabido volver a fidelizar clientes y ha generado una contundente liquidez con la que ahora puede amortizar deuda e invertir en la reconversión de su marca blanca y supermercados.
Con todo, las cuentas en este segundo trimestre son positivas, con 1.204,3 millones de euros en ventas con el confinamiento ya superado y mostrando que ese éxito no se trataba de una mera cuestión temporal.
El el informe remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), DIA argumenta que parte de este éxito se debe al aumento del gasto de la cesta media y a la transformación para potenciar la venta de productos frescos. Además, la crisis económica también permite que el consumidor opte por cadenas con mejores precios a la hora de hacer la compra semanal.
Sin embargo, todos estos datos parecen chocar por completo con el retroceso que espera en su red comercial: ha cerrado 400 tiendas respecto al segundo trimestre de 2019 y se espera que esa línea de cierres continúe hacia adelante durante los próximos meses.
Los motivos de los cierres
El cierre de tiendas a priori parece la fotografía de una mala situación. Para los empleados, ciertamente, no es positivo que DIA vaya a reducir su superficie comercial, pero la compañía encaja este giro como un paso más hacia su crecimiento.
¿Cómo se crece cerrando tiendas? La compañía tiene varios retos, uno de los más importantes es despedirse de la imagen de 'cutre' que se vincula a sus tiendas. La relación con los franquiciados de la firma ha sido tradicionalmente tensa en algunos puntos, pero también es cierto que la falta de control sobre lo que sucedía en determinados establecimientos han llevado a dañar seriamente la imagen de la compañía.
Ese control ahora se quiere intensificar y, además, romper lazos con varias franquicias. DIA quiere controlar más aspectos, a poder ser tener el control de los centros bajo su propiedad e implementar un modelo de negocio más próximo a las tendencias actuales, como el que exhiben Lidl o Mercadona.
Además, la firma quiere potenciar la venta online. Sus acuerdos con Glovo le han permitido convertirse en el supermercado más efectivo durante el confinamiento, ya que no acumulaba los retrasos en las entregas que sí exhibía la competencia, con firmas de primer nivel como Mercadona, Carrefour o El Corte Inglés.
Este acuerdo con Glovo se está potenciando en la actualidad, sobre todo para conquistar a un determinado consumidor postconfinamiento que ha abrazado la compra online y reducirá sus salidas a la calle para realizar este tipo de compras. Ya sea por comodidad o miedo al virus. Esa colaboración con Glovo, por cierto, también se quiere extender a Amazon, en cuya plataforma ya vendía la marca blanca.
El resultado: DIA se vuelve una firma más enfocada hacia el online y puede equilibrar las ventas que perderá en superficie con este modelo, que genera menos costes operativos -en teoría- gracias al tipo de acuerdo suscrito.
