Los microrracismos han sido calificados como aquellos gestos que nuestro inconsciente aún realiza por la interiorización del discurso racista presente en nuestra sociedad. Son prácticamente invisibles, de baja intensidad. Pero ahí están.
Sin embargo, lo que ha sucedido en una tienda de Victoria, una pequeña localidad situada en el sureste de Australia, no ha dejado a nadie indiferente. Podría ser considerado como un macrorracismo de considerables proporciones, tantas, que incluso la noticia ha llegado a dar la vuelta al mundo y ha generado todo tipo de comentarios en redes sociales.
¿Qué ha sucedido? El dueño de una tienda ha colgado el siguiente cartel: "Declaración: Como los niños negros de 14 a 18 años siempre roban, queda prohibida la entrada de negros de 14 a 18 años, así como de perros en esta tienda". Tal cual. Fuera perros y niños negros.
Los vecinos de la localidad han tomado parte en este desencuentro. ¿Qué postura crees que han tomado? Pues la mayoría se ha situado al lado del tendero. En este momento pensarás que Victoria es una pequeña isla llena de fervientes seguidores del Ku Kux Klan, pero no. Aún faltan algunos datos para que comprendas esta historia.
Al parecer, un grupo de jóvenes de la localidad tienen como plan de tarde habitual el de jugar al fútbol en un campo cercano y después acudir a la tienda de este señor, un ciudadano asiático que está más que harto. ¿Por qué? Pues porque siempre que acuden, entran con malos modales, se encaran al dueño, le roban, le insultan y le humillan.
En concreto lleva aguantando esta situación durante dos años, hasta que ha dicho "basta" y ha decidido poner fin de una manera bastante polémica.
El viernes, de hecho, volvió a suceder algo similiar. Las cámaras de seguridad registraron la entrada de los jóvenes en la tienda, cómo empiezan a llenarse los bolsillos y cómo hacen oídos sordos a las peticiones del tendero para que le enseñen el contenido de sus mochilas y se vayan.
Ante esta situación, el dependiente se ve obligado a sacar un palo de golf para amenazarlos, a lo que los jóvenes responden: "¡Venga, péganos!", mientras continúan provocándole sin ningún tipo de pudor.
El dueño, que colocó el cartel en un arrebato de furia, ya ha retirado el mensaje ante las críticas en las redes sociales, aunque ha asegurado que no comprende el revuelo que ha causado, ni que le tachen de racista. Por su parte, la policía local de Victoria ha aprovechado también para criticar un mensaje que han calificado como "inapropiado".
Mientras tanto, el comerciante ha pasado de sufrir una oleada de robos a recibir constantes mensajes que le acusan de racismo. ¿Está justificada la postura del dueño de esta tienda o este tipo de gestos son inadmisibles?