Según pones un pie en el supermercado, quieras o no, ya estás envuelto en una vorágine de marketing compulsivo. Seguro que nunca te has dado cuenta, pero hasta la música tiene un ritmo particular que ha sido escogido premeditadamente para incitar a la compra. Los expertos en marketing se dedican precisamente a elaborar técnicas que conlleven un aumento notable del consumo o la adquisición de artículos de forma instintiva.
A continuación te contamos algunas de las estrategias que utilizan los supermercados para hacer que gastes más:
Carros y cestas
Si te has dado cuenta, los 'carritos' de la compra ya no son tan carritos. Ese diminutivo ha ido perdiendo el sentido poco a poco, pues es notable que los carros son cada vez más grandes.
Este cambio de tamaño tiene que ver con la sensación que te transmite al verlo. Es decir, mientras más grande sea, más vacío lo seguirás viendo a pesar de introducir una gran cantidad de artículos. Esto te hará pensar que no has comprado suficiente y te empujará a seguir comprando. Tanto es así que se calcula un incremento del 40% de la compra cuanto más grande es el carro.
Para hacer frente a esto conviene hacer uso de un cesto en lugar de un carro. Pero los supermercados también son conscientes de lo dicho y han respondido incorporándole ruedas a los cestos y dotándoles de mayor capacidad, por lo que a pesar de ser más pequeños, requieren de control por parte del consumidor igualmente.
Lineales y estanterías
La distribución también es un punto fuerte en las estrategias del marketing. Los supermercados acostumbran a dividir su espacio en lineales y estanterías.
Los lineales son aquellos estantes entre los cuales se forman los pasillos del supermercado. Estos se sirven de las promociones, situadas en sus cabeceras para que salten a la vista y te resulte complicado rechazar la oportunidad.
Las estanterías, por su parte, juegan con la altura. Al alcance de tu mano siempre tendrás aquello que más le interese al supermercado venderte. Lo más económico, en cambio, estará arriba o abajo, para que no llegues o para que tengas que hacer el esfuerzo de agacharte a cogerlo.
Lo básico
¿Cuántas veces has ido al supermercado en busca de 'tres cosas' y al final te has maldecido por no coger una de las bolsas reciclables que tienes en el cajón de la cocina? Rara es la ocasión en la que te ciñas a comprar únicamente lo básico.
Si te fijas, estos artículos suelen estar colocados al fondo, lo cual te obliga a recorrerte el supermercado entero y, consecuentemente, a pasar por el resto de expositores y caer en la tentación.
La vista y el olfato
Otra de las técnicas más utilizadas es la conocida como marketing lumínico. Esta consiste en iluminar aquellos lugares con productos que interesen ser vendidos. Al consumidor siempre le llamará más la atención un espacio con buena luz que una zona oscura, a pesar de que en ella haya ofertas que merezcan la pena. Y no solo juegan con la intensidad, sino también con la temperatura.
Además del marketing lumínico, que afecta a la vista, el marketing también utiliza el olfato para provocar reacciones en nuestro cerebro al traernos recuerdos agradables con determinados olores. Se le llama marketing olfativo. Estos aromas están estudiados y por eso resultan tan característicos en comercios de ciertas marcas de ropa.
El merchandising
No estarás a salvo hasta que salgas del supermercado. Ni siquiera en la línea de cajas, cuando ya has dado por finalizada tu compra y te niegas a gastar un euro más.
Es ahí donde de repente te asalta el deseo de artículos que se te ha olvidado comprar. Y si vas con niños, más que una última barrera que saltar, es un reto decisivo. La línea de caja está invadida de piruetas, gominolas, chicles... a un precio mucho mayor que al que lo encuentras en su estante correspondiente.
Así que ya sabes... ¡Ten en cuenta todo esto en tu futura compra y demuestra que eres todo un experto en marketing!
