Jill Messick, exrepresentante de Rose McGowan, se suicidó el pasado miércoles, tal y como ha relatado ahora su familia ante los medios. McGowan retomó protagonismo tras convertirse en la primera mujer que denunció los acosos de Harvey Weinstein, lo que propició la caída en desgracia del conocido productor.
La muerte de Jill Messick ha sido una dura noticia para su familia. Messick había sido víctima de un trastorno bipolar depresivo, por el que finalmente ha perdido la vida. Deja dos hijos a sus 50 años.
La exrepresentante comenzó como agente de McGowan en el año 1997 y posteriormente pasó a trabajar en el Miramax de Weinstein hasta el año 2003. En aquel período se produjeron las ficciones 'She's All That' y 'Frida'.
McGowan, mientras tanto, denunció una violación por parte del productor el mismo año en el que había sido representada por la propia Jill Messick. La reconocida actriz aseguró que el productor la violó cuando ambos entraron en un jacuzzi, en 1997 en el Festival de Cine de Sundance.
Sin embargo, Weinstein hizo púbico un correo electrónico proporcionado por Messick en el que la propia Rose McGowan afirmaba que el encuentro fue "consensuado". Este hecho provocó malestar en la intérprete, aunque con la perspectiva del tiempo y el estallido de los recientes escándalos, la versión de McGowan retoma fuerza.
Jill Messick se vio muy afectada por las polémicas
El estado de salud de la propia Jill Messick había mejorado durante los últimos meses, lo que había supuesto un alivio para su entorno. La enfermedad que padecía, trastorno bipolar y depresión, cuenta con un índice de mortalidad especialmente elevado.
Sin embargo, todo se torció con el estallido del escándalo del productor: "Ver su nombre en los titulares una y otra vez, junto con el desesperado intento de Harvey de reivindicarse a sí mismo fue devastador...", asegura la familia.
"Rompió a Jill, que estaba empezando a recuperar su vida. Lo que hace que las imprecisas acusaciones e insinuaciones de Rose contra Jill sean irónicas fue ella la primera persona que se puso de pie en nombre de Rose y alertó a sus jefes sobre la horrible experiencia que ella sufrió", recuerda su entorno.
Y, atendiendo a sus problemas de salud, la familia no ha dudado en destacar que "las palabras importan. La vida de alguien puede depender de eso".