Matar gays por el mero hecho de serlo es una "tradición cultural" como otra cualquiera. Esa es la postura de Sudán del Sur después del tirón de orejas que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dedicó al país de África Oriental a través del informe emitido por el Consejo de Derechos Humanos.
La mutilación genital femenina, la utilización de niños soldados o la criminalización de la homosexualidad penada hasta con la muerte son algunas de las tareas pendientes de Sudan del Sur en materia de Derechos Humanos, sin embargo, no parece estar por la labor de avanzar en estos términos, o al menos, en uno en particular.
El gobierno de Sudán del Sur ha dejado claro que no va a eliminar la pena de muerte como castigo por la homosexualidad ya que se trata de la "cultura tradicional" del país. Paulino Wanawila, ministro de Justicia sudsudanés, llegó a afirmar que lo que pretendedía el informe de la ONU era obligar al país a aprobar el matrimonio iguaitario.
Así, Sudán del Sur, tal y como recoge Pink News, ha expresado que poner fin a la pena de muerte por relaciones homosexuales entra "en conflicto con las leyes y políticas nacionales" y sólo consideraría las recomendaciones dadas por la ONU si se respetaba su "cultura tradicional".
En cuanto a la utilización de niños soldados, Sudán del Sur está dispuesto a abandonar esta práctica siempre cuando se les permita seguir amasacrando a homosexuales.
La homosexualidad en Sudán del Sur
En Sudán del Sur, la ley dicta que la "relación sexual carnal contra el orden de la naturaleza" es castigable con hasta diez años de prisión. Sin embargo, las leyes locales permiten la pena de muerte, lo que hace más difícil para la ONU y otros grupos de derechos humanos luchar contra esta masacre.
Elizabeth Deng, investigadora de Amnistía Internacional en Sudán del Sur, ha explicado en una entrevista para GSN que el país es indudablemente "muy hostil" hacia la homosexualidad. Ha destacado, además, que ser "abiertamente homosexual" era virtualmente imposible en el país debido a sus leyes.
Dada la anarquía, es el tipo de lugar donde fácilmente una persona podría ser asesinada debido a su sexualidad real o percibida
"Estoy segura de que hay un montón de gente gay en el sur de Sudán que sufren en silencio", ha afirmado Deng, reconociendo que "sería un gran riesgo para sus vidas si salieran". "No espero que el informe de la ONU tenga mucho impacto en las políticas del gobierno", ha sentenciado.
Actualmente no hay grupos activistas LGBTI en Sudán, ya que el último que existió se disolvió cuando los miembros huyeron después de haber sido acosado y amenazados de muerte.