La conferencia F8 de Facebook, liderada por un discutido Mark Zuckerberg, nos dejó varias novedades de cara al futuro de la compañía. Tras los escándalos de seguridad en Facebook descubiertos por Cambridge Analytica, millones de personas han abandonado la red social, lo que ha obligado a Zuckerberg a redoblar sus esfuerzos para devolver a la marca la confianza de antaño, y, de paso, a evitar que la mala reputación actual de Facebook no afecte negativamente a las empresas adquiridas por la compañía, entre ellas WhatsApp.
La aplicación de mensajería instantánea es uno de los principales reclamos de Facebook. Sin embargo, su número de competidores aumenta y ofrece alternativas más que interesantes. En Asia destacan Line (que no ha terminado de triunfar en Europa) y WeChat, mientras que en Occidente, Telegram se encuentra en pleno auge.
Por este motivo, la app de mensajería por excelencia se ha puesto manos a la obra y ha anunciado en el F8 una serie de novedades dispuestas a eliminar la competencia, utilizando una táctica que ya empleó Facebook con Instagram en su momento: copiar los puntos fuertes del enemigo.
Primero fue Instagram con las stories de Snapchat, ahora WhatsApp con los stickers de Line y Telegram. Muy pronto comprobaremos cómo figuras de todo tipo se unen a los ya tradiciones emojis e inundan nuestros chats.
La otra gran novedad, en este caso más útil, es la posibilidad de realizar una videollamada grupal. Hasta cuatro personas podrán participar, lo que supondrá una auténtica revolución en empresas o grupos de trabajo. No hay una fecha para estos actualizaciones, aunque desde la compañía aseguran que será "pronto". Lo que sí parece inminente es la opción de guardar los audios, que se implantará con la nueva versión.
El cofundador de WhatsApp renuncia a su cargo
La conferencia F8 coincide con un momento crítico en la estructura de WhatsApp, tras conocerse que Jan Koum, uno de sus fundadores, ha dejado de ser director ejecutivo de la empresa. Y, de nuevo, el tema de la seguridad podría haber sido el detonante.
Según señala el Washington Post, la intención de Facebook de utilizar los datos personales de los usuarios de WhatsApp con fines comerciales y publicitarios mediante el debilitamiento de su privacidad ha sido la gota que ha colmado el vaso para Koum, que ha decidido desligarse de la compañía de mensajería instantánea como señal de protesta.
Koum y Brian Acton, los fundadores de WhatsApp, vendieron la empresa a Facebook en 2014 a cambio de 19.000 millones de dólares. A pesar de la ingente cantidad de dinero recibida, ambos quisieron seguir vinculados a WhatsApp, ocupando puestos importantes en el organigrama.
Sin embargo, las desavenencias con Zuckerberg llevaron a Acton a dimitir en 2017. Con el escándalo de Cambridge Analytica, fue uno de los que impulsó el hashtag #DeleteFacebook. Con la renuncia de Acton, Koum se dio cuenta de que la venta de su proyecto conjunto a Facebook no había sido tan buena idea, como comentó amargamente en su blog: "Si asociarnos con Facebook significaba que teníamos que cambiar nuestros valores, no lo hubiéramos hecho".
El hasta ahora director ejecutivo de WhatsApp mostró siempre su obsesión por alcanzar la máxima seguridad posible para garantizar la privacidad de los usuarios. Mal compañero se buscó con Facebook.