Aunque se ha hecho viral durate la cisis del coronavirus por hacer espectáculo de la pandemia, Jesús Candel, más conocido como Spiriman, lleva años sembrando polémicas. El médico granadino se convirtió en el principal azote en contra de los recortes en Sanidad en Andalucía aunque sus críticas y denuncias fueron a base de insultos.
Por esta razón, Juzgado de lo Penal 6 de Granada le condenó por injurias al pago de una multa de 6.480 euros y a indemnizar con 2.500 euros tanto a la expresidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, como al que fue viceconsejero de Salud, Martín Blanco. Spiriman recurrió dicha sentencia y ahora la Audiencia de Granada la ha desestimado.
La sentencia de la Sección Primera de la Audiencia de Granada declara "no haber lugar" al recurso de apelación de Candel. Según dictamina, la "reiteración de insultos y su variedad", además de las expresiones empleadas por el doctor en distintas publicaciones en sus redes sociales "exceden, con mucho, de lo que el ámbito de la libertad de expresión ampara".
Según el tribunal, Spiriman no tuvo intención alguna de reforzar una crítica a la gestión sanitaria hecha por los entonces representantes de la Junta de Andalucía, "sino de mermar el honor y dignidad de los sujetos pasivos de sus expresiones". "Si el legislador no hubiese tenido intención de penar hechos como estos no habría tipificado el delito de injurias", apunta la sentencia, contra la que cabe recurso de casación.
Sumando polémicas
A cuenta de la crisis sanitaria del coronavirus, Jesús Candel ha aprovechado para sembrar multitud de polémicas consiguiendo cierta repercusión mediática y en redes sociales. Cuando los primeros casos empezaban a surgir en España, Spiriman le quitó importancia a lo que llamó "pollonovirus". Después, se dedicó a sembrar pánico pintando futuros catastrofistas y atacando al Gobierno.
Desde entonces ha seguido esa línea, insultando e incluso amenazando a Pedro Sánchez. También llegó a pedir a todos los españoles que se saltaran el confinamiento impuesto por el estado de alarma para, en cuestión de días, criticar la medida que permitió a los niños menores de 14 años empezar a salir a la calle para dar pequeños paseos.
Su última polémica ha sido a raíz de la recogida de donativos que llevó a cabo para, presuntamente, comprar material sanitario y mascarillas de calidad para repartir a sanitarios en algunos hospitales. Sin embargo, las mascarillas donadas eran de dudosa eficacia y tuvieron que retirarse.