Con el puesto de presidente vacante, el Partido Popular se encuentra con un vacío de poder que intentará solucionar con unas primeras a celebrar antes de noviembre (todo apunta al próximo mes de julio).
El candidato que parte con mayores posibilidades y que cuenta con todas las papeletas para convertirse en el nuevo líder popular es el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo. Consigue la prácitca unanimidad en las filas conservadoras y cuenta con el aval de la única mayoría absoluta de toda España en un parlamento autonómico.
A la espera de sorpresas, todos ven a Feijóo como sucesor de Rajoy, aunque Cospedal y Soraya no se descartan como candidata en las primarias. En mitad de esta situación, las eternas rivales han iniciado una auténtica guerra para, en el caso de perder, alzarse con el número dos, es decir, con la secretaría general.
El caso de Soraya entraña dificultades. La exvicepresidenta es una mujer con gran información gracias a su papel en el CNI. Sin embargo, no controla el partido, en el que Cospedal se ha involucrado y sus filas destacan su papel en todas las crisis.
Por ello, la exnúmero dos de Rajoy en el Ejecutivo ha iniciado una ronda de contactos con todos los barones regionales para conocer sus posibilidades y, de paso, intentar recabar apoyos dentro del partido.
En plena dimisión de Rajoy
La vicepresidenta no esperó para conseguir apoyos. En plena dimisión de Rajoy y con carácter urgente, Soraya se dedicó a iniciar una ronda de contactos para recabar apoyos en todos los territorios.
Con ello, trataba de evitar a otros miembros pesados como José Manuel García Margallo, que llegó a espetar que haría "todo lo posible para evitar que Soraya sea la portavoz del PP". Es decir, intentó comenzar a construirse un paragüas para defenderse del todopoderoso sector de Cospedal dentro del partido.
Soraya mantiene el tradicional pulso con Cospedal, contra un sector que considera que "no tiene ideología, igualmente podría haber terminado en Podemos o el PSOE, que en el PP", afirmó Margallo en una entrevista publicada en el libro 'La vicepresidenta'. El hecho de que Rajoy la fichase como asesora jurídica, a modo outsider, molestó en gran parte de los barones que no aceptan su rápido ascenso.
Una lista única
Gran parte de los miembros del Partido Popular están pidiendo que las primarias cuenten con un candidato único, el propio Feijóo, al modo de Cristina Cifuentes en Madrid, con el fin de conseguir una imagen de unidad.
La guerra, por tanto, comienza en el partido. Un conflicto sin cuartel, en el que Rajoy intentó mediar alabando tanto a Cospedal como a Soraya durante su dimisión. ¿Qué sucederá ahora? Lo único que se sabe es que Rajoy comienza toda una crisis interna sin precedentes.
