Socotra, una isla perteneciente a Yemen, es uno de esos parajes idílicos, singulares y extraordinarios que quedan aún sobre la faz de la tierra. Este exótico lugar pertenece a un archipiélago formado por cuatro islas -Socotra, Abd Al Kuri, Samha y Darsa- emplazado en el océano Índico, a unos 250 kilómetros al este del cabo Guardafui y a 350 km al sureste de las costas de Yemen. Este enclave tiene una superficie de unos 3.600 km2 y da el nombre al archipiélago.
Una ubicación casi virgen donde su hábitat apenas ha sido mancillado por la mano del hombre. Un espacio donde la naturaleza y biodiversidad salvaje reina victoriosa hasta donde alcanza la vista. Por eso, este enclave extraordinario fue denominado como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 2008. Quizá tenga algo que ver su más de 800 especies únicas en todo el mundo.
Más de 800 especies
Su aislamiento ha sido pieza clave para que se desarrollen sus más de 800 especies de plantas, de ellas más de un tercio son genuinas, es decir, solo se pueden encontrar allí. Un 90% de sus reptiles y casi la totalidad de sus caracoles de tierra solo se pueden encontrar de forma natural en la isla de Socotra. Este enclave es muy sensible a las especies introducidas por lo que siempre se encuentra entre las floras isleñas más amenazadas del mundo.
El conflicto en Yemen, su clima árido y semiárido tropical monzónico hace de ella una zona muy difícil de acceder y habitar. Alrededor de 50.000 personas viven en la actualidad en Socotra. Su aislamiento es debido a que, prácticamente, hasta 1999 había demasiadas complicaciones para llegar a ella por los monzones, ya que solo se podía acceder en barco. Todo esto se palió en julio de ese año, cuando las autoridades construyeron un pequeño aeropuerto, que ha tenido que ser reconstruido varias veces como consecuencia de los ciclones que han azotado la isla. Su población ha tenido que vivir durante muchos años sin electricidad, agua corriente o carreteras.
Una biodiversidad única
Ese aislamiento geológico es lo que ha hecho única y extraordinaria a la biodiversidad de Socotra y, a eso, hay que sumarle un clima con un intenso calor y falta de agua. Una atmósfera muy particular que ha dado como resultado una flora y fauna endémica única. Eso sí, muy sensible al cambio climático y a la introducción de otras especies por lo que, como hemos explicado antes, mantiene una posición muy frágil y padece constante peligro de desaparición.
Lo que más llama la atención o resulta más curioso son varios de los árboles únicos que pueblan Socotra. Estos tienen formas atípicas e imposibles que los dotan de una belleza singular que ha llevado a calificar a la isla de extraterrestre o como La Galápagos del índico, en referencia a su biodiversidad.
La Dragonera de Socotra
Entre estas maravillas de la naturaleza se encuentra el Dracanea cinnabari, conocido también como la Dragonera de Socotra o árbol de sangre de dragón, de extraordinaria y extraña belleza que tiene forma de paraguas. El Dendrosicyos socotrana, otro ejemplo de lo singular que es la naturaleza en la isla, denominado el árbol pepino que habita los acantilados y las colinas de las montañas.
La isla tiene parajes vírgenes entre ellos playas, montañas y dunas. Qué hacen proliferar a más de 140 especies distintas de aves, entre ellas 10 singulares de Socotra, reptiles o insectos. Un enclave muy especial que se debería luchar por conservar, ya que es casi es imposible encontrar lugares así en la faz de la Tierra.
