Seis días sin pulmones. Melissa Benoit, una paciente de 33 años afectada por fibrosis quística, puede asegurar que ha "vuelto a nacer". Al parecer, a joven contrajo en abril de 2016 una grave infección pulmonar, que rápidamente se extendió al resto del cuerpo y le provocó un shock séptico -que provoca un fallo multiorgánico-.
Le extirparon los pulmones, le indujeron el coma y la mantuvieron con respiración asistida a la espera de un donante que pudiese devolverla a la vida
Según relata el diario argentino 'Clarín', los médicos no tuvieron alternativa a la hora de salvar la vida de su paciente. Como medida de urgencia y ante el débil estado de Melissa, los profesionales decidieron extirpar la fuente de sus problemas de inmediato. Le extirparon los pulmones, le indujeron el coma y la mantuvieron con respiración asistida a la espera de un donante que pudiese devolverla a la vida.
La novedosa técnica, realizada en un hospital de Toronto -Canadá-, no se aplica por primera vez. Pero el caso de Melissa es importante: es la primera paciente que consigue sobrevivir sin sus pulmones. Durante nueve horas tuvieron que retirar, con sumo cuidado, los pulmones de la joven, que se encontraban llenos de mucosidad y endurecidos por la agresión de los virus.
Melissa, que ya se encuentra bien, ha asegurado durante una rueda de prensa que no ha sufrido ningún dolor, y que se encuentra "estupendamente". Ahora, eso sí, necesitará un nuevo trasplante de riñón, puesto que el suyo ha quedado gravemente afectado por la enfermedad. Cuando se recupere por completo, Melissa podrá recibir el riñón de su madre y seguir con su vida.
Vivir sin corazón
El caso de Melissa es el primero con éxito en cuanto a la ausencia de pulmones. Pero otras personas han pasado por su trance y también han podido contar su historia.
Ese es el caso de Stan Larkin, que en 2014 consiguió sobrevivir durante más de 17 meses en ausencia de un corazón. El joven se mantuvo todo ese período conectado a una máquina que bombeaba y oxigenaba su sangre por él.
Larkin consiguió un trasplante, pero dos años antes, el checho Jakub Halik, que padecía el mismo problema, no necesitó ni esperar dicha intervención. Su corazón tenía un tumor maligno, y el trasplante podía no tener éxito, puesto que los medicamentos que evitan el rechazo pueden provocar la generación de nuevas células cancerosas. Por ello, el cardiólogo Jan Pirk decidió sustituir su corazón por dos bombas sin válvulas cardiacas y que no producen latidos sensibles al tacto. "El primer hombre sin corazón", bautizó la prensa. Tres personas que, sin contar con ello, han vuelto a la vida.
