Uno de los grandes males que hay en todos los baños cuando son usados por personas del sexo masculino es la escasa puntería que algunos de ellos tienen a la hora de hacer sus aguas menores. Muchas de estas discusiones entre familiares y amigos han acabado resolviéndose con un acuerdo: si no saben apuntar, que measen sentados. Una solución que en Alemania se está empezando a imponer.
Sitzpinkler: ese es el término que se usa en el país germano cuando se trata de indicar que hay que miccionar sentado, y es algo que cada vez se está extendiendo más. Muchos bares y espacios públicos empiezan a anunciar con carteles que en esos baños es obligatorio que quien vaya a mear lo haga sentado en la taza del váter.
Sin embargo, estos carteles empiezan a ser también populares en domicilios particulares, más concretamente en aquellos de uso compartido o de alquiler, en el cual se obliga a sus inquilinos a hacer uso del sitzpinkler. Esta llegada de la norma hasta el ámbito doméstico ha encendido la sociedad germana que ha encontrado defensores del sitzpinkler y también detractores que se han denominado stehpinklers.
Como decíamos, estamos hablando de una polémica social que no se lucha solo en Twitter y otras redes sociales, sino que hay acciones dentro del mundo físico. Se han llegado a hacer slogans y pancartas para defender la ideología de cada una de las facciones. Algunas de estos slogans son "Hier wird gepinkelt sitzend" ("aquí se hace pis sentado") por el lado de los que defienden el sitzpinkler con una respuesta bastante ingeniosa de los stehpinklers con su "Stand Up for your Rights" ("levántate por tus derechos"). La disputa también llega a la lucha de sexos entre los que defienden que los hombres que caen en el sitzpinkler son unos "calzonazos" que han caído en lo políticamente correcto de las "feminazis".
Una polémica más importante de lo que parece
Puede que a nosotros los españoles toda esta polémica parezca exagerada, no obstante, en Alemania estas disputas entre cómo hay que orinar han llegado a causar muchos problemas llegando incluso a judicializarse. Algunos de los casos más sonados respecto a ello no son nuevos como uno que se dio en el año 2000 donde un casero obligó a sus inquilinos a mear sentados o pagar el recambio de un radiador. Esta demanda estuvo causada porque el técnico indico que el mal estado de los radiadores era por la oxidación que habían provocado las salpicaduras del orín.
Un poco más tarde, en 2004, también hubo una demanda entre casero e inquilino pues el primero se negó a devolver la fianza al segundo pues el mármol cercano al WC había sido deteriorado por las salpicaduras incesantes durante años.
No sabemos si esta práctica acabará adoptándose en España, pero por el momento ya hay bastante merchandising disponible sobre esta polémica. Si antes decíamos que las pancartas y slogans se han adueñado de la sociedad también lo han hecho las camisetas, pegatinas y otros artículos para defender su posición. Lo más curioso es el denominado S.P.U.K., un pequeño artefacto que se coloca en la segunda tapa del inodoro que suelta una arenga sobre los beneficios de mear sentado. Que logre su objetivo o no por su agotadora verborrea o por sus válidas razones es algo que no sabremos, lo que sí sabemos es que se agotó a los pocos días por lo que éxito sí que tuvo al menos comercialmente.
