Cuando compramos un coche nos pasamos horas y horas eligiéndolo y es que nos acompañará durante unos cuantos años. Es verdad que tener vehículo en propiedad supone un esfuerzo económico pero la mayoría de gente se centra en el precio de su compra sin darse cuenta de los gastos que genera. Una de las primeras obligaciones, y relacionada con estos gastos fijos que acompañan al nuevo vehículo es la contratación de un seguro.
Ante nosotros se abre un nuevo mundo: que si a terceros o a todo riesgo, que si el comparador de seguros a ver cuál es el más barato y el que más cubre. Y al final, después de todas las vueltas, acabamos eligiendo el que nos recomienda el compañero de trabajo o el que, por pesadez de las cookies de internet, vemos más veces al día a través de la pantalla.
Que no solemos leer la letra pequeña de los contratos es algo más que obvio y quizás en algunas ocasiones no sea algo muy relevante, pero esta es una de las veces en las que debemos leer hasta la última letra y no quedarnos solo con la letra grande. Esto nos impide saber hasta qué punto llegan nuestras coberturas de seguros de coche, por lo que unas veces corremos con una serie de gastos innecesarios que nuestro seguro nos cubre y otras debemos hacer frente a una deuda que creíamos tener asegurada. Por eso debemos estar muy atentos a la hora de contratar nuestra póliza al mejor precio posible con las coberturas que más se adapten a nuestras necesidades.
Hemos recopilado algunos de los casos que quizás no sabías que tu seguro de coche no cubre. Aunque algunos son un poco obvios como darse a la fuga cuando te has visto implicado en un accidente, otros como dejar el coche a una persona menor de 25 años no lo son tanto y pueden servir para ocasionar algún que otro disgusto.
1 No socorrer cuando te encuentras implicado en un accidente de tráfico
Con los accidentes de tráfico las aseguradoras no se andan con tonterías. En el caso de que se produzca un choque con otro vehículo y haya personas heridas, el hecho de no socorrer a los afectados -siempre y cuando las condiciones de salud lo permitan-, hace que tu propia compañía no se haga cargo de los gastos propios. No atender a los heridos en un accidente en el que estás implicado se considera delito, por lo que recuerda que en estos casos lo mejor que puedes hacer es proteger, alertar y socorrer.
2 Dejar el coche a una persona menor de 25 años
Ante la situación de que un conocido menor de 25 años te pida el coche, te avisamos que, en caso de accidente en el que se vea implicado, las aseguradoras no se hacen cargo de los daños que cause a terceros ni de los del propio coche del cliente. Debido a esto, el consejo es que se incluya en la póliza al joven como segundo conductor o conductor ocasional, aunque si el uso del vehículo por su parte es frecuente, lo mejor sería contratar un seguro a su nombre.
3 Un choque contra un familiar
Las situaciones sospechosas o con un que puedan dar un mínimo margen de duda a las aseguradoras también son casos rechazados. Chocar contra un familiar hasta el tercer grado de consanguinidad es considerado por las mismas como un fraude.
4 Daños causados voluntariamente
Sí, parece que nadie le haría daño a su propio vehículo de forma consciente, pero las compañías aseguradoras se han dado cuenta que sí. Y es que cuando los daños son causados voluntariamente, bien al vehículo, o bien con el vehículo, no estarán cubiertos por la compañía. De todas formas, se hará una excepción si el incidente ha sido provocado con el objetivo de evitar un mal mayor.
5 Conducir bajo los efectos del alcohol
Además de las sanciones que conlleva conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas, es importante ser consciente los riesgos a los que nos exponemos, que son muchos. Si la persona que conduce tiene un accidente bajo influencia de alcohol -superando la tasa correspondiente-, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, la aseguradora no cubrirá la indemnización.
En cuanto a la ingesta de alcohol, el cliente deberá hacer frente a los gastos de la asistencia médica, los servicios de ambulancia, los de la grúa y los desperfectos causados en la vía y en los vehículos implicados, siempre que se superen los límites legales vigentes y debe ser condenado por un delito específico de conducción en estado ebrio.
6 Conducir sin permiso
Es obligatorio llevar el carné de conducir encima cuando nos ponemos al volante de un vehículo ya que, en caso de no hacerlo, si las autoridades nos paran y no tenemos el original o una copia compulsada haremos frente a una pequeña multa. Pero no solamente el carné de conducir tiene que estar presente, sino que el conductor debe poder mostrar también el permiso de circulación del vehículo (o en su defecto la autorización provisional expedida por la Jefatura de Tráfico) y la tarjeta de inspección técnica con el último informe de la ITV.
Si en caso de accidente no portas el permiso o la licencia, el seguro tampoco se hará cargo de los daños. Además, como es lógico, tampoco cubrirá a quienes hayan quebrantado la condena o sanción administrativa de anulación o retirada del mismo.
7 Participar en apuestas, desafíos o pruebas deportivas
Conductas temerarias y que pongan en peligro la seguridad de los usuarios de la vía son altamente castigadas. Por eso, si los daños son causados a partir de la participación del vehículo asegurado en apuestas, desafíos o pruebas deportivas el seguro no se hará cargo de las consecuencias.
Aunque algunas de estas pueden parecer de sentido común, te recomendamos que leas la letra pequeña de tu seguro para que, en caso de tener que recurrir a él, no te puedas llevar alguna sorpresa inesperada.