Cuando se produce el aumento de las temperaturas y los días son algo más cálidos en los meses de primavera y verano, no es raro encontrar lagartijas corriendo por el jardín o incluso entrando al hogar. Aunque para algunos puedan ser motivo de temor, en el mundo esotérico su presencia tiene un simbolismo particular que puede interpretarse como un mensaje de transformación y adaptabilidad.
Los animales, la simbología y el paso del tiempo
Desde civilizaciones antiguas, como la egipcia y la celta, se creía que los animales eran portadores de mensajes divinos. En este contexto, las lagartijas simbolizan renovación, resistencia y protección.
Su capacidad para regenerar partes de su cuerpo las convierte en un símbolo de cambio y superación. Por ello, si una lagartija aparece en casa, podría considerarse como una invitación a desprenderse de cargas innecesarias y abrazar los cambios.
Más allá del simbolismo, su presencia en el hogar tiene explicaciones prácticas. Las lagartijas buscan lugares cálidos y secos donde refugiarse y encontrar alimento, como jardines, terrazas o patios urbanos que ofrecen insectos y escondites. Aunque inofensivas para las personas, su presencia es también beneficiosa, ya que ayudan a controlar plagas como mosquitos y hormigas.
Sin embargo, si prefieres evitar su entrada, hay medidas sencillas: mantener puertas y ventanas cerradas, eliminar insectos, sellar grietas en las paredes y reducir el uso de luces exteriores que atraen tanto a insectos como a estos pequeños reptiles.
Como mensajeras espirituales o controladoras de plagas, las lagartijas pueden aportar más de lo que imaginamos y en vez de asustarnos por su presencia, podemos disfrutar de sus beneficios como compañeros del hogar.