La irrupción de la extrema derecha en el panorama político español ha afectado de lleno a la realidad del país. Pese a que se trata de una fuerza residual, sus discursos de odio generan mucho ruido y, lo que es peor: han logrado convertirse en llave de gobierno debido a la actitud que han tomado el resto de partidos de derechas, pactando con ellos para sumar contra la izquierda.
Uno de los partidos que ha dado la manita a VOX es Ciudadanos, pese a que día a día se esfuerzan para que no se note mucho. Cabe recordar que la formación comandada por Santiago Abascal cuestiona la violencia de género, propone derogar el matrimonio igualitario y ha convertido a los inmigrantes en el enemigo. Es decir, puro machismo, homofobia y racismo, cuestiones que no han impedido que los naranjas pacten con ellos.
Y claro, si pactas con la extrema derecha, después no puedes ir de abanderado de según que causas, que es precisamente lo que pretende Ciudadanos. Para blanquear sus alianzas con VOX, los liberales no han dudado en utilizar la causa LGTBI, algo que ya se vio en la puesta en escena que llevaron a cabo en Colón, cuando Albert Rivera situó estratégicamente banderas del colectivo detrás de él durante su discurso ante los medios de comunicación justo antes de hacer la famosa foto junto a Santiago Abascal.
Las políticas de VOX en contra del colectivo LGTBI no solo suponen un retroceso en sus derechos fundamentales ya que, entre otras cosas, ponen en duda el matrimonio igualitario aprobado en España en 2005 y marginan a los transexuales al pretender eliminar las operaciones de reasignación de sexo de la seguridad social; sino que además atentan contra su integridad, ya que promueven las terapias de reconversión de la sexualidad en menores, tal y como ha dictado Rocío Monasterio, presidenta del partido ultraderechista en la Comunidad de Madrid.
Ante esta tesitura, de cara al Orgullo LGTBI de 2019, que además coincide con el 50 aniversario de los disturbios de Stonewell Inn que dio comienzo al movimiento de liberación del colectivo, los organizadores han redactado un decálogo por el cual los partidos políticos que quieran acudir han de comprometerse a no pactar con la extrema derecha. Esa extrema derecha que vulnera los derechos de los que se manifiestan y que incluso pretende esconder el Orgullo en la Casa de Campo o hasta prohibirlo. Ciudadanos no ha querido firmarlo.
Victimizarse para dividir
Ciudadanos no ha sido el único partido en negarse a firmar este decálogo. El Partido Popular tampoco lo ha firmado, pero por lo menos ellos no van de abanderados de los derechos del colectivo y aceptan que pactan con la extrema derecha. Ni están ni se les espera, pero tampoco son hipócrtias. Ante esta postura de los partidos, los organizadores del Orgullo LGTBI no les permiten encabezar la pancarta de la manifestación ni llevar carroza al desfile. Algo lógico teniendo en cuenta que no han firmado el decálago de lo que se reivindica en la manifestación. Esto no quiere decir que no puedan asitir, pueden hacerlo a título personal, pero los naranjas han optado por victimizarse pintándolo de veto.
No es cierto. No existe ningún veto. Pero es de lógica aplastante que un colectivo que celebra una manifestación no quiera llevar en la cabecera de sus reivindicaciones a aquellos que dan la mano a quienes los consideran enfermos y desean recortar sus derechos. Desde que se anunciara esta decisión, Ciudadanos ha desatado una campaña de victimismo con el objetivo de dividir al colectivo que, más que nunca, ha de estar unido. Y lo peor es que lo está consiguiendo.
Ciudadanos ha alimentado la fractura y la polarización entre izquierda y derecha, algo que ha trasladado a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Los naranjas repiten que se trata de un veto contra aquellos partidos que no son de izquierdas, algo totalmente falso pues, de otra manera, en años anteriores hubiese sucedido lo mismo y, sin embargo, han podido manifestarse con total libertad. El problema no es que sean de derechas, sino que pactan con aquellos que van en contra de todo lo que significa el Orgullo. Y su campaña ha surtido efecto. Después del "feminismo liberal" ahora llega eso de ser "LGTBI liberal".
El Orgullo LGTBI de Madrid no ha sido el único que ha impedido a Ciudadanos formar parte de la cabecera de la manifestación de manera oficial, algo que se ha repetido en el Pride de Barcelona. Sin embargo, los naranjas decidieron pasear un autobús en la ciudad condal, lo que provocó que varios manifestantes realizasen varias pintadas al vehículo hasta expulsarlos del lugar. Algo similar ocurrió en Valencia y Sevilla, donde los de Ciudadanos fueron recibidos con lanzamientos de pintura.
Los totalitarios atacan el bus de @CiutadansCs en el #Pride2019 de Barcelona. Con su violencia, insultos y amenazas contra Cs nunca conseguirán nada más que quedar retratados. Este es el partido de los valientes y de la igualdad. Un abrazo, compañeros. ¡Viva la libertad! ?????????? pic.twitter.com/7mEtZxOkJV
— Albert Rivera (@Albert_Rivera) 29 de junio de 2019
Desde @CsValencia_C lamentamos que en la celebración del #OrgulloVLC2019?????????? #Orgullo2019, los intolerantes hayan atacado al bus de @CiudadanosCs.Seguiremos reivindicando los derechos y libertades de las personas.Ánimo compañeros!! ???????????? pic.twitter.com/nlv8m2Vr89
— Cs Valencia (@CsValencia_C) 29 de junio de 2019
Objetivo conseguido: Ciudadanos tenía su foto con la que acusar al colectivo LGTBI de violento, intolerante y sectario. En jornadas en las que las reivindicaciones de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales deberían ser protagonistas, los naranjas consiguen abrir titulares.
El mejor arma es la indiferencia
Cualquier acto violento es condenable y con ellos se pierde la razón. Pero eso precisamente es lo que espera Ciudadanos, que abraza a la extrema derecha y espera que todo el mundo se sienta cómodo con ello. El mejor arma contra la hipocresía de los de Albert Rivera es la absoluta indiferencia. De lo contrario, tendrán la foto que tanto buscan.
Ciudadanos se nutre de la confrontación en la sociedad. La crispación la traduce en votos y espera sacar el mismo provecho creando división en el colectivo LGTBI. No dejemos que lo consigan. Nadie puede impedir que miembros del partido acudan al Orgullo. E irán portando su pancarta. Arrojarles pintura o lanzar insultos no es la solución, porque eso sería caer en la trampa.
La mejor opción es el silecio, la absoluta indiferencia, el aislamiento. Si te encuentras a los de Ciudadanos en el Orgullo de tu ciudad, dales la espalda, adelántalos, no los mires, no les hagas fotos, no los insultes. La indiferencia es un arma muy poderosa y solo así se harán invisibles en una lucha que, según han demostrado, no respetan. La igualdad y los derechos del colectivo LGTBI han de ser los protagonistas del Orgullo. La división y la crispación sería una victoria de VOX y de Ciudadanos. Como dice el refran: "No hay mayor desprecio que no hacer aprecio".