Las palmas son el elemento fundamental del Domingo de Ramos. Son portadas por todo fiel y amante de la Semana Santa y desfilan por las calles de toda ciudad en las procesiones del día.
El Domingo de Ramos es el día que comienza la Semana Santa de manera oficial para todos los feligreses. Se conmemora el recibimiento de Jesucristo a Jerusalén y a su llegada cientos de fieles esperaban con palmas de olivos en las manos, mientras lo recibían como el Mesías e hijo de Dios.
El significado de las palmas
De este modo, cada Domingo de Ramos, en cada localidad española e internacional (cristiana) esta llegada es como una tradición, un momento de celebración en relación a la victoria de Cristo sobre la muerte. Por lo tanto, podría decirse que las palmas blancas representan esta victoria, así como la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén y, por tanto, la entrada en la Semana Santa cristiana.
Además, en el momento original de elección de las palmas, estas tenían una connotación de riqueza y fecundidad, creencia que se traslada hasta el día de hoy. Los ramos y olivos son bendecidos por el cura de la parroquia correspondiente antes de comenzar las procesiones. En muchas casas las personas suelen colgar algunos de estos ramos en diferentes lugares de sus hogares en señal de recibir las bendiciones para sus casas y familias.
¿Qué pasa al final de la Semana Santa con las palmas?
Las cenizas utilizadas el Miércoles de Ceniza están hechas de las palmas quemadas y bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Todo de manera que, al finalizar la Semana Santa, las palmas que hayan sido bendecidas por el sacerdote de la parroquia son quemadas en la iglesia y las cenizas son guardadas con celo para ser usadas en el Miércoles de Ceniza del siguiente año.