El Orgullo LGTBI en Madrid se atragantó en las fauces de Ciudadanos. Y al Orgullo, Ciudadanos, que llegó a retrasar toda la manifestación durante dos horas hasta el punto de estropear una fecha en la que no eran los protagonistas. Porque los manifestantes, congregados en una vía adornada por la campaña "Nuestro mayor Orgullo" en forma de banderolas, censurada en gran parte por el Ayuntamiento de PP y Cs, no recibieron de las mejores de las maneras a los miembros de la formación naranja. Quizás, si se hubieran molestado en mirar esas banderolas, Ciudadanos lo habría entendido todo.
Los pitos se sucedían con el paso de los enormes globos que acompañaban a la comitiva naranja. Allí, algunos de los miembros de Ciudadanos optaron por montar la política del espectáculo, con los móviles bien colocados para grabar la escena, enfrentarse con los manifestantes y subirlo todo a redes sociales.
#CiudadaVox por qué lleváis cámaras profesionales dentro de la manifestación? Por qué fuísteis toda la marcha provocando? Veis al de gafas con la camiseta blanca? Todo el trayecto fuísteis provocando para grabarlo y tener viestro minuto de victimismo. Sois basura! pic.twitter.com/N6CHaeNotN
— santi_mar???????? (@santi_mar) 7 de julio de 2019
Sin duda, la estrella principal fue Inés Arrimadas. Sus caras, gestos y aspavientos remitían al "rebota, rebota" en el que se ha convertido la política actual.
Arrimadas parece una niña diciendo chincha rabincha pic.twitter.com/6MwdPZKAEg
— Joven del Opus (@jovendelopus) 6 de julio de 2019
Dicho y hecho. La mano de Albert Rivera ha vuelto a conseguir su ansiado material viral con el que poder tapar los acuerdos que pueden avecinarse en Murcia y quizás en Madrid. Y elegir la política del victimismo, intentando convertir la crítica hacia sus pactos con la ultraderecha en el supuesto síntoma de un movimiento radicalizado en una manipulación bastante burda y que, sin duda, representa muy poco lo que sucedió en aquellos instantes.
¿Alguien piensa dentro de Ciudadanos?
Que Inés Arrimadas comulga en gran medida con la deriva que está viviendo Ciudadanos no es una novedad. Que todo apunta a que el partido va a ir por el camino que está viviendo Unidas Podemos, tampoco debería ser un secreto.
Pero alguien debería pensar un poco dentro de Ciudadanos y si la estrategia de tomar por tontos a los votantes va a funcionar por más tiempo. Pensar que vas a plegarte a las exigencias de un partido que piensa que todos los asistentes están enfermos, quiere esconder esa reivindicación en la Casa de Campo, que quiere manipular las mentes de los menores con pseudoterapias para, dicen, "sanar" la homosexualidad, que quiere derogar el matrimonio igualitario... y presentarte como si nada, es insultante para la gente allí presente.
Alguien puede pensar ahora que no, que Ciudadanos no pacta con VOX y solo se 'lava' las manos usando al PP. ¿Entonces cómo se explica el hecho de relegar la bandera en Cibeles como pedía VOX, censurar gran parte de la campaña oficial por los derechos del colectivo como pedía VOX y hasta un gesto tan simbólico como no incorporar la bandera del arcoíris al logo del Consistorio madrileño en redes sociales como pedía VOX? ¿No presumen de estar gobernando la capital en coalición? ¿Acaso no muestran, como mínimo, un silencio cómplice para asegurarse el apoyo de VOX en los presupuestos del próximo año?
Ahora la estrategia que está llevando a cabo el partido parece coordinada por Inés Arrimadas. Recuerda a los largos paseos por la localidad de Vic (de mayoría independentista) grabados en todos los ángulos por los asistentes para lograr la imagen. Porque Arrimadas, que es TT en Twitter bajo el hashtag de #Montapollos busca justificar el veto que ha recibido por parte de los convocantes con un presunto halo de 'sectarismo' ideológico. No Inés, te equivocas.
No, no va de ideología: va de derechos
Se ha repetido hasta la saciedad: en Europa se hace un cinturón sanitario en contra de la extrema derecha. Mientras que conservadores, liberales y socialistas se han unido hoy en Europa para evitar ceder poder a Matteo Salvini, en España no hay miedo a sentarse con Rocío Monasterio mientras plantea derogar la Ley LGTBI de la Comunidad de Madrid.
A Ciudadanos no se le pita en el Orgullo porque sea de derechas. En las ediciones pasadas ha desfilado sin problemas mientras sostenía a Mariano Rajoy en La Moncloa y a Cristina Cifuentes en la Puerta del Sol. No va de eso.
La historia (Inés, Albert, Patricia Reyes y un largo etcétera) va de normalizar a la ultraderecha en España, en un gesto que ha permitido a Salvini crecer como la espuma en su territorio. Y no olvidemos que el PP ya ha calificado a VOX de "ultraderecha" en dos ocasiones. Ciudadanos lo ha hecho en cero. ¿Por qué sí se pacta con VOX y se pone un cerco al PSOE?
Por otro lado, culpar al ministro Marlaska de alentar a los colectivos para atacar a Ciudadanos, como si hablásemos de grupos radicales extremistas, suena realmente pueril y no permite analizar concienzudamente qué sucede realmente. Porque la gente se ha molestado en organizar una sentada, de manera prácticamente unánime, porque no quieren retroceder en derechos, no porque un ministro haya criticado sus pactos con VOX.
Toca ir al rincón de pensar
No hay constancia de que Ciudadanos vaya a cambiar el rumbo, a pesar de que las calles y sus socios fundadores ya no reconocen el partido que se arrogaba la finalidad de "regenerar la política española".
Los naranjas deberían plantearse qué están haciendo mal para desatar toda una ola de rechazo entre los manifestantes, que no entienden la visita para hacer la foto mientras se da aire fresco a la ultraderecha.
La obsesión de Albert Rivera con fagocitar al PP le está llevando a dar unos volantazos auténticamente increíbles. Quizás, con un nuevo auge del bipartidismo previsto en las encuestas, podría pensar en construir una derecha verdaderamente liberal, ajena a movimientos extremistas, transversal. El fallo de Colón no se arregla pactando con VOX y el hecho de recibir en esa plaza los aplausos de Hogar Social y los abucheos de movimientos igualitarios en el Orgullo, debería ser un síntoma de emergencia para el partido.
España sigue huérfana de una derecha moderada, realmente moderna y europeísta. Y en peligro toda una serie de derechos que parecían conquistados. ¿Qué cederán en Ciudadanos para hacer presidenta de la Comunidad de Madrid a Isabel Díaz Ayuso? ¿Cómo justificarán esas cesiones para mantener el veto a Ángel Gabilondo?