Meritxell Serret, exconsellera de Agricultura durante el gobierno de Puigdemont, ha abandonado su puesto como delegada de la Generalitat en Bruselas y ha vuelto a España para responder por los hechos que le imputa la Justicia española. Serret se fugó en octubre de 2017 para evitar la causa de procès, donde se le acusaba de los delitos de desobediencia y malversación.
La política de Esquerra Republicana de Catalunya ha comparecido este mismo jueves 11 de marzo ante el Tribunal Supremo, acompañada de su abogado, Íñigo Iruín Sanz. Ha querido ponerse a disposición de la Justicia y regularizar así su situación procesal de rebeldía.
Serret fue procesada por los delitos de malversación de caudales públicos y desobediencia, según ha informado El Mundo. No obstante, dado que hasta ahora no se ha atribuido que su departamento realizara pagos concretos por la organización del referéndum del 1 de octubre, y puesto que los procesados fueron condenados por un delito de desobediencia y absueltos del delito de malversación, no se cursó contra ella ninguna Orden Europea de Detención después de la sentencia del 14 de octubre de 2019.
Serret no entraría en la cárcel
Existía, eso sí, una orden nacional de detención para tomarle declaración y continuar el procedimiento contra ella. La pena para este delito de desobediencia no es de cárcel, sino de multa e inhabilitación para empleo o cargo público de hasta dos años.
Pocos meses después de su huida, Serret fue nombrada delegada de la Generalitat en Bruselas ante la Unión Europea. A pesar de no tener experiencia diplomática y encontrarse huida de la Justicia española, cobraba un sueldo de 80.000 euros brutos anuales. Aun así, del grupo de huidos, la exconsellera no tenía un puesto muy alto y ya había anunciado que abandonaría el cargo pronto. Es la primera exconsellera que vuelve a España tras huir a Bruselas.