Un abrazo bastó para simbolizar la grave crisis migratoria que se vive en Ceuta. Corría mayo de 2021 cuando la playa de Tarajal se convirtió en epicentro de esta difícil situación con centenares de inmigrantes rodeando a nado el espigón fronterizo. Entre ellos se encontraba Abdou, un senegalés que, exhausto, llegó territorio español teniendo que ser atendido por la Cruz Roja. Entonces rompió a llorar y se abrazó a Luna, una de las voluntarias, en busca de consuelo.
Más de un año después, su caso a ha llegado a Estrasburgo. Abdou, apoyada por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), ha denunciado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) su devolución inmediata a Marruecos al considerar que fue irregular.
Según la ONG, España incumplió el artículo 4 del ConvenioConvenio para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales que prohíbe las devoluciones colectivas; así como el artículo 13 del Convenio Europeo para los Derechos Humanos. , que garantiza la posibilidad de que cualquier persona forzada a retornar a su país pueda recurrir la decisión de manera efectiva.
"Ni hubo identificación, ni asistencia letrada, ni interpretación, nadie le preguntó cuáles eran sus necesidades" asegura Paloma Favieres, coordinadora del servicio jurídico de CEAR y abogada del joven de 27 años.
Desde CEAR denuncian que las devoluciones sumarias siguen produciéndose y ponen como ejemplo el reciente caso de entrada masiva de inmigrantes a Melilla. "Las devoluciones se siguen produciendo sin asistencia letrada, sin acceso al procedimiento, a la posibilidad de acceder a la protección internacional y eso sigue siendo una irregularidad y una vulneración de todo el marco jurídico que tiene que ver con el Convenio Europeo de Derechos Humanos, la Convención de Ginebra y toda la legislación que regula el movimiento de personas", ha expuesto la letrada en declaraciones a RTVE.
Nueve horas en España
Según el testimonio de Abdou recogido por CEAR, salió de Casablanca el 16 de mayo de 2021 hacia Tánger "después de escuchar que iban a abrir la frontera hispano-marroquí" por parte de las autoridades alauíes. Dos días después fue cuando se echó al mar para nadar hasta Ceuta. Pisó suelo español "a las ocho de la mañana y hasta las cinco de la tarde estuvo tirado en la playa", ha explicado Paloma Favieres, coordinadora jurídica de la ONG a El Diario. "Estuvo nueve horas en suelo español", puntualiza. Después fue devuelto sin mediar procedimiento.
