El 'Sendero Hippie', ese es el nombre con el que se ha bautizado al viaje que emprendían mayoritariamente los miembros de la subcultura hippie entre la década de 1950 y 1970. Partían desde Europa y viajaban a Asia por tierra. Los principales destinos a los que viajaban eran India y Nepal, aunque muchos paraban antes, fascinados por alguna zona del viaje.
Esta era una forma distinta de turismo que se fundamentaba sobre la base de que viajar por poco dinero era posible, una base que permitía hacer viajes más largos y pasar más tiempo descubriendo nuevos lugares. La senda se popularizó tanto que en cada parada importante se podían encontrar hoteles, restaurantes y cafés cuyos clientes eran casi únicamente y exclusivaente hippies en medio de su viaje.
Lo que querían estos viajeros era descubrir nuevas culturas e interactuar con los locales mientras acumulaban nuevas experiencias y experimentaban un mundo distinto donde elementos como las drogas jugaban un papel importante.
Las rutas más habituales
Las rutas partían normalmente desde distintas ciudades de Europa occidental como Londres, Ámsterdam o Atenas. En el caso de los ciudadanos estadounidenses, se desplazaban de su país hasta Europa, frecuentemente a Luxemburgo y empezaban su viaje.
Casi todos los viajeros pasaban por Estambul, donde las rutas se dividían. La ruta del norte que más se popularizó pasaba a través de Teherán, Herat, Kandahar, Kabul, Peshawar y Lahore hasta India. Alternativamente, se podía cruzar por Siria, Jordania, Irak, Irán y Pakistán. Los destinos más habituales en el este eran Delhi, Benarés, Goa, Katmandú y Bangkok.
En cuanto a los medios que más se utilizaban para viajar, manteniendo siempre la premisa de que debía costar poco dinero, la mayoría de hippies se movian haciendo autostop o mediante unos autobuses privados y baratos que se popularizaron en la ruta. Para ir de Europa a Turquía, el transnsporte más cómodo solía ser el tren, que llegaba hasta pasado el país.
En cuanto a los viajeros, la mayoría eran europeos occidentales, norteamericanos, australianos y japoneses, gente de nacionalidades muy distintas que se encontraban en albergues, hoteles y otros puntos del camino y que compartían todo tipo de ideas y experiencias. La mayoría de personas que iniciaban este recorrido eran mochileros jóvenes con ganas de conocer mundo, pero no era raro encontrar familias y personas mayores.
A finales de los años 70 esta ruta llegó a su fin, con los cambios políticos que se produjeron, lo que antes era una ruta hospitalaria y abierta al turismo se convirtió en un territorio hostil. Irán se convirtió en la República Islámica y aprobó una nueva constitución teocrática-republicana, los soviéticos invadieron Afganistán y cerraron su paso al turismo. Líbano se encontraba en plena Guerra Civil y Chitral y Cachemira sufrian unas tensiones que hacían que el lugar no fuese muy amigable a extranjeros.
Un paso atrás en los países asiáticos
En cuanto al la evolución que siguieron los países menionados anteriormente, vamos a centrarnos en el cambio (a peor) que sufrieron países como Afganistán o Iraq a partir de los años 70. Como comentamos en este artículo, pasaron de ser relativamente abiertos a estar totalmente restringidos, sobretodo en el tema de la igualdad de género.
Afganistán, que actualmente es uno de los países más retrógrados, sobretodo si nos fijamos en el trato que recibe la mujer, antes no era así. Aunque las mujeres nunca han llegado a recibir un trato igualitario, solían poseer unas libertades de las que han sido despojadas, como la opción de vestir como quisieran o el hecho de estar alfabetizadas (la mayoría de ellas llegaban a cursar estudios universitarios).
Se había aprobado incluso el sufragio femenino (1919), cuando en 1978, hablando por encima, los Comunistas declararon al país un Estado Socialista, se cerraron las puertas a extranjeros pero la situación de las mujeres seguía esencialmente como antes e incluso se potenciaba más su escolarización. La población no contaba con libertades democráticas, y quienes estaban en contra del nuevo régimen iban a prisión.
Entonces intervino Estados Unidos, que para castigar a la URSS dio apoyo a los grupos extremistas. Recibieron tanto apoyo que consiguieron radicalizar un país entero, hasta el punto de que las mujeres ya no podían salir sin burka a la calle. A partir de ese momento, los derechos de las mujeres no han conseguido abrirse paso en el país debido a la poca evolución que ha sufrido su mentalidad.
En Irán pasó algo muy similar, antes de la Revolución Islámica había mucha más libertad y las normas sociales no eran tan estrictas. Aunque no era perfecto ni mucho menos, las mujeres podían vestir como quisieran, leer, ecuchar música,...
Cuando llegó el régimen islamista, no se podía salir a la calle sin vestir un chador, algo que la Policía Islámica se encargaba de vigilar, además a la mujer se le arrebataron los derechos que tenía y pasó, como Afganistán, a ser un mero objeto del hombre, una mentalidad que ha permanecido hasta la actualidad.
