La estabilidad laboral es fundamental a la hora de garantizar nuestro sustento económico y una buena calidad de vida. Sin embargo, el ambiente en el lugar de trabajo no siempre puede ser el más indicado y, en ocasiones, podemos encontrar señales de que la situación no es la más idónea.
No tenemos que entrar en pánico ante la primera señal que encontremos, pero sí que debemos tener en cuenta que hay que atender a ciertos patrones que pueden indicar que, al repetirse en varias ocasiones a lo largo del tiempo, pueden indicar dinámicas con un trasfondo negativo.
Cada persona es distinta y, también, tiene motivaciones diferentes, por lo que no hay que ver falsas alarmas antes de tiempo. Además, los tiempos pueden variar, lo que implica que es recomendable amplificar las antenas, y manejar bien la inteligencia emocional.
1 Intensifican o eliminan las correcciones a tu trabajo o las llamadas de atención
Todos conocemos a nuestros jefes. Si es costumbre que corrijan el trabajo con frecuencia, resultará sospechoso que dejen de hacerlo un día de repente, sin ninguna explicación que aportar con mayor información.
También sucede lo opuesto: que si sueles recibir correcciones excesivas en tu trabajo o ningún tipo de llamada de atención, de un día para otro empiecen a comenzar a reclamarte por todo, algo que también representa una señal de alerta. En el primer caso representa una señal de para qué revisar el trabajo de una persona que se va a marchar y en el segundo, un protocolo de Recursos Humanos, que se debe documentar por un período determinado el desempeño deficiente de un empleado antes de despedirle.
2 Sientes distantes a tus compañeros de trabajo
Es muy frecuente que cuando se va a despedir a alguien en una empresa, sepan al menos 1 ó 2 personas más del equipo, sobre todo porque el jefe podrían haberle dicho a alguien más de su confianza, para que le ayuden a tomar las riendas de sus proyectos o simplemente por un mal manejo de la situación.
Es muy común también que los compañeros de equipo comiencen a absorber proyectos o tareas que antes eran tuyas, lo que puede generar también incomodidad en el ambiente laboral. Sucede con mucha frecuencia que la única persona que no sabe que va a ser despedida es precisamente la afectada y, aunque pueda haber buena relación con los compañeros de equipo e incluso algunos los consideres amigos, inconscientemente cambiarán su actitud hacia ti sin saber que te van a despedir.
3 Te tienden una trampa
Se trata de la versión más maquiavélica, pero también ocurre con mucha frecuencia. Cuando quieren despedir a alguien, muchas veces se necesita una justificación más allá de un simple arrebato, porque los superiores o Recursos Humanos buscan motivos tangibles.
Quizás a un compañero no le resultas especialmente agradable, o a un superior, o formabas parte de un equipo anterior del que buscan desprenderse. Sea cual sea el caso, la cuestión es que tendrán que buscar cualquier motivo para justificar tu salida. Es entonces cuando aparecerá cualquier tarea en la que se buscarán todos los resquicios posibles para que falles.
No te aportarán las herramientas, la información o los recursos, habrá algo que tendrá siempre el objetivo claro de que falles. La única finalidad es buscar un motivo para justificar tu salida de la empresa. Cuando no logres lo que se esperaba, es cuando la justificación ideal aparece para que te inviten a salir por la puerta de salida.
4 Menos asignaciones
Cuando se ha adoptado finalmente la decisión de despedir a una persona de un equipo de trabajo, hay un tiempo, que puede durar desde pocos días a semanas o meses, en los que la decisión ya está tomada pero todavía no se despide a la persona por distintos motivos (se busca un reemplazo, no hay presupuesto para liquidarlo o el movimiento podría ser menos radical.
Lo natural es comenzar a reducir sus responsabilidades, simplemente porque cuando la persona abandone definitivamente el proyecto tendrá una curva de adaptación menos fuerte. También se aplica a eventos como reuniones o viajes de trabajo que empiezan a escasear o desaparecer.
Si estabas acostumbrado a cierto nivel de responsabilidad o cierto volumen de tareas y proyectos, y de pronto todo cambia, podría ser una señal de alerta sobre tu situación laboral, especialmente si en la empresa no ha descendido el volumen de negocio.
5 El sexto sentido
A pesar de que no tiene gran explicación lógica, es muy fácil de detectar si eres una persona muy perceptiva. Cualquier cambio en la manera en la que se dirigen hacia ti, en la que te dicen las cosas y en las que no lo hacen, en cómo estás percibiendo tu desempeño en la compañía y en cómo dan valor a tu trabajo. Se trata de un cúmulo de pequeñas señales que nos llevan a formarnos una opinión continuamente sobre el valor que tenemos en equipo.
Es evidente que nadie es indispensable, pero si uno detecta que su trabajo es apreciado y sus aportaciones son tomadas en cuenta, que le tienen consideraciones de todo tipo y que le ayudan a crecer con nuevos retos profesionales, podemos deducir que estamos en una zona más segura. Pero si nuestro sexto sentido nos indica que algo no está caminando bien, generalmente no estarás equivocado.
Claves para una salida
Si consideras que tu empresa ha tomado la decisión de despedirte, es importante afrontar la decisión con la mayor inteligencia emocional posible. No plantees la situación con retos a tus compañeros o superiores, ni de manera airada: mantente profesional hasta el último día e intenta continuar con la tarea que tienes asignada mientras empiezas con otra labor: empezar a buscar un nuevo puesto de trabajo.
Empezar a buscar un nuevo puesto de trabajo debe ser un reto a comenzar de manera discreta, momento para reactivar contactos y posibles oportunidades en las que puedes echar mano pronto. Respalda tu directorio para que, cuando llegue el día, te lleves todos tus contactos e información importante contigo.
Asegúrate que hasta el último día seas la persona de la que te puedas sentir orgullo profesionalmente e intenta salir de tu empleo con la mayor confianza en ti mismo. Lo importante es que puedas creer en ti para emprender cualquier nuevo proyecto, negocio o búsqueda de trabajo que tengas por delante.
Si ha pasado el momento crítico y has salido de tu puesto de trabajo, piensa que has pasado por un duro golpe y que la experiencia, al final, te fortalecerá para ser una persona mucho más válida en el futuro y abrirte nuevas oportunidades a las que te llevarás un bagaje muy válido.