La madrugada del 7 de julio de 2016, una joven madrileña de 18 años denunció a otros cinco hombres por haber abusado presuntamente de ella durante las celebraciones de los Sanfermines.
Según declaró entonces la presunta víctima, los jóvenes procedentes de Sevilla (ahora tienen entre 26 y 29 años) la introdujeron en un portal para obligarla a mantener relaciones sexuales. Tras esta denuncia, han estado un año y medio en prisión preventiva.
Ahora, comienza el juicio que determinará, basándose en una serie de vídeos grabados con un teléfono móvil, si la joven accedió a mantener relaciones sexuales "extremas" (tal y como ha asegurado), con cinco hombres y sin utilizar preservativo o si realmente fue forzada a ello.
Durante las vistas celebradas a puerta cerrada para evitar a los medios de comunicación y debido a la dureza de las imágenes, se visionarán seis fragmentos de vídeos con una duración total de 96 segundos.
Todo o nada
'La Manada', como se les conoce a los cinco acusados debido al nombre del grupo de WhatsApp a través del que relataron los hechos, se la juega a todo o nada en estas diez sesiones que se llevarán a cabo entre el 13 y 22 de noviembre.
La visualización de las grabaciones será la clave, así como el testimonio de la víctima recogido por una pareja que la auxili´ó aquella noche y el agente que la acompañó. Pese al shock con el que relató todo, ella ha mantenido su relato durante estos 16 meses de calvario.
En total hay 19 minutos grabados que corresponden a un intervalo entre las 03:08 y 03:27 horas, momento en el que transcurrieron los hechos desde que entraron al portal donde presuntamente la forzaron y salieron.
Las imágenes tienen una mala resolución, pésima luz, salen movidas y el sonido apenas se percibe, por lo que tuvieron que ser analizadas exhaustivamente. "Turno ahora, déjame" o "Un poquito más flojito, tú", son varias de las frases que se pueden escuchar.
Seis fragmentos de esos 19 minutos: 6 segundos, 22 segundos, 10 segundos, 14 segundos, 39 segundos y otro de una duración menor serán los que se reproducirán durante las diez sesiones en los tribunales.
Por su parte, la víctima prefería realizar su declaración desde Madrid por videoconferencia, pero la petición fue denegada. Tendrá que personarse físicamente en la Audiencia de Navarra, aunque no tendrá ningún contacto con 'La Manada' puesto que estará en un sala contigua y declarará a través de un monitor. Desde su entrada a su salida será protegida por la policía para preservar su intimidad. Los medios tienen prohibido publicar imágenes de ella o de los acusados.
Los cinco afrontan penas que hacen un total de 22 años y 10 meses de prisión para cada uno. Los delitos a los que se enfrentan son de agresión sexual; delito contra la intimidad y otro por robo con intimidación por la sustracción del teléfono móvil de ella tras la presunta violación.
Asimismo, se piden 10 años de libertad vigilada tras estas penas y 20 años sin comunicarse o acercarse a la víctima. Según uno de los abogados de los acusados, "tienen muchas ganas de ponerse ante la justicia para acreditar su inocencia".
Unos jueces que no gustan en la defensa de los acusados
Los jueces encargados de juzgar este mediático caso son un hueso duro de roer, según varios letrados consultados por el diario 'El Español'. José Francisco Cobo Sáenz presidirá el tribunal y es definido por varios abogados como "un excelente profesional".
Junto a él estarán Ricardo González y Raquel Fernandino, que ha llevado la investigación sobre las corruptelas de Caja Madrid y el entramado que rodeaba al fallecido Miguel Blesa. Según lo mismos letrados consultados, este grupo de magistrados son unos profesionales de diez a los que 'La Manada' no tendrán el placer de conocer.
Ahora, tras casi un año y medio en prisión preventiva, donde tres de ellos han estado en la cárcel de Pamplona y los otros dos en la prisión militar madrileña Alcalá Meco, se tendrán que enfrentar a las duras imágenes de las grabaciones y al testimonio de la chica con la que mantuvieron relaciones sexuales.
Se lo juegan a todo o nada: queda demostrado que sí mantuvieron sexo. Pero las defensas tanto de ellos como de la madrileña se centran en probar que sí fueron consentidas o, como lleva afirmando ella durante todo este tiempo, se produjeron a la fuerza con una actitud pasiva de ella al ser obligada y sometida por cinco hombres.