Tradicionalmente cuando hablamos de la adicción al sexo solemos tender a pensar en algo 'jocoso', algo normal; incluso digno de halagos, cuando en realidad es un drama que afecta a quienes lo padecen tanto física como psicológicamente.
Además, ni siquiera su terminologíoa está bien implementada en nuestra sociedad, ya que la palabra que usamos coloquialmente para designar este trastorno es ninfomanía. Este término a parte de ser despectivo para las mujeres, ya que en su definición ninfomanía se define como 'apetencia sexual insaciable en la mujer', basándose en las ninfas (mujeres que mantenían relaciones sexuales a placer), no hace mención al hombre, cuyo término correspondiente es sátiro. Con motivo de dejar la mitología y al distinción de sexos a un lado, la comunidad médica habla de la adicción al sexo con el término de 'Hipersexualidad'.
A pesar de que la RAE no reconoce el término de hipersexualidad (si lo hace con el de ninfomanía), este se define como 'aumento repentino o la frecuencia extrema en la líbido o en la actividad sexual'. Generalmente, las experiencias sexuales de los hipersexuales no se sacian, por lo que lo único que obtienen de ellas es insatisfacción, derivando en un sentimiento de frustración y vergüenza que acaba hundiendo psicológicamente al individuo.
Además, a nivel personal, radica el hecho de no poder mantener una relación sentimental con normalidad, ya que los enfermos llegan al punto de utilizar a las personas como un mero instrumento para conseguir sus objetivos, entrando las relaciones sexuales en conflicto con el área sentimental.
A nivel de consecuencias físicas se pueden derivar las enfermedades de transmisión sexual, las cuales se pueden contraer fruto de las relaciones sexuales descontroladas que se pueden mantener en un momento de crisis.
En 2005, la comunidad científica incluía por primera vez en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Transtornos Mentales (DSM 5) la Hipersexualidad, de la que se hablaba taxativamente de ella como trastorno. Sin embargo, son varios los profesionales que se niegan a reconocer esta realidad, afirmando que como mucho se puede considerar una variante de un 'Trastorno Obsesivo Compulsivo', cuando es un problema propio, sin una terapia definida.
Además, la hipersexualidad no es una enfermedad como otra cualquiera, sino que tiene sobre sí una atmósfera repleta de tabúes, y es que parece que cuando hablamos de sexo, aun tenemos problemas para hacerlo. Aunque no exista una terapia fija que sea capaz de frenar sus efectos, poco a poco se va progresando en ella. La nueva novedad en la comunidad científica viene de la mano de la psicóloga Ellen Hendriksen, la cual ha determinado los seis signos que pueden ayudar a un adicto a identificar la enfermedad, recogidos en la revista Scientific American:
1 Incongruencia
Según la doctora, la incongruencia define la fase en la que el adicto al sexo debe plantearse si sus actividades sexuales están en consonancia con su vida, o si por el contrario su comportamiento lo aleja o entra en conflicto con su familia, trabajo...Llevando al individuo a descuidar sus metas.
2 Falta de control
La facta de control sobre los encuentros sexuales es uno de los principales síntomas del trastorno. Según Hendriksen se trata de "impulsos implacables que requieren una gratificación inmediata, que hace que los enfermos actúen sin tener en cuenta las consecuencias para la salud, la seguridad o la vida".
3 Compulsión
La compulsión es algo básico en las adicciones. Los enfermos se concentran en actuaciones que hacen que se sientan mal, en lugar de fijar sus pensamientos en comportamientos que eviten esa culpabilidad. Muchos pacientes no pueden evitar la impotencia al sentir que el sexo no está disponible.
4 Dependencia
De nuevo otro factor típico en las adicciones. Cuando una persona es dependiente de algo que le hacía experimentar 'algo nuevo', se acostumbra a esa sensación, normalizándola. Cuando algo se convierte en normal, el enfermo busca sensaciones que le produzcan la satisfacción que lograba antes, por lo que las experiencias sexuales del paciente serán cada vez más 'altas'.
5 Conflación
El término utilizado por la doctora es 'conflaction', cuya traducción literal sería combinación o fusión. Podría decirse que con ella la doctora habla de la fusión de los sentimientos de ansia y depresión con el deso sexual, confundiendo cosas que no deberían de asociarse.
6 Disfunción
La disfunción sería una de las consecuencias biológicas de una actividad malsana e incesante, que añade otro drama al conjunto de la enfermedad.