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16 kilómetros en los seis sectores de la Cañada Real: de la falta de luz a los realojos y trabas administrativas

Los vecinos denuncian el estigma al que se enfrentan, la notable ausencia de servicios y la presión inmobiliaria en los alrededores.

16 kilómetros en los seis sectores de la Cañada Real: de la falta de luz a los realojos y trabas administrativas

La Cañada Real Galiana es una antigua vía pecuaria que discurre entre La Rioja y Ciudad Real que, a su paso por Madrid, comenzó a ser habitada desde la década de 1950 ante el cambio de modelo económico en España.

En esta zona, las administraciones implicadas (Gobierno central, Comunidad de Madrid y los ayuntamientos de Madrid, Rivas y Coslada) han suscrito a inicios de marzo un proceso que implicará el realojo de los habitantes y se extenderá hasta 2034.

El tramo se extiende en 16 kilómetros, sin embargo, presenta importantes diferencias. Se divide en seis sectores, con características y retos diferentes entre sí, que se pueden apreciar incluso en el trazado urbano.

"Cañada Real tiene muchas diferencias. El sector 1, por ejemplo, no tiene ninguna particularidad y parece una calle más de Coslada, el sector 2 es igual, en el 3 sí se aprecian más y, por ejemplo, el 5 está pegado a Rivas-Vaciamadrid", explica Luis Casado, mediador de la Parroquia de Santo Domingo de la Calzada, en el sector 6.

Contrastes entre el sector 1 y 6 de la Cañada Real Galiana
Contrastes entre el sector 1 y 6 de la Cañada Real Galiana AP

La Cañada ha ocupado el foco por un problema de tráfico de drogas que afecta a un punto concreto del sector 6, sin embargo, tiene consecuencias directas en todos los vecinos: "Independientemente del sector, el estigma afecta a toda la Cañada, los sectores son muy diferentes entre sí pero este problema es generalizado", explica Miguel Ángel Cornejo, mediador y responsable local de Cáritas.

"La vida aquí es mucho más normal de lo que la gente se cree", explica Fernando, vecino del sector 2 de la Cañada Real. "Si en algunos sectores se ha producido algo de degradación es porque las autoridades así lo han querido", relata.

Los problemas de tráfico de estupefacientes, en realidad, no son históricos en la Cañada, sino que llegaron precisamente tras el desmantelamiento del poblado de Las Barranquillas, en 2007.

"Si quitan los poblados donde se vende la droga, acabarán yendo a otro sitio a venderla", explica un vecino de la zona. "Cuando empezaron a comprar estas parcelas, se empezó a generar el problema de inseguridad y drogas que afecta a otros sectores. Como siga degenerando y sin darnos una posibilidad de legalizarlo, llegará un momento en el que aquí pasará lo mismo".

"Si en algunos sectores se ha producido algo de degradación es porque las autoridades así lo han querido"

Estas diferencias las corrobora Vanessa, vecina del sector 2: "Definiría la Cañada Real como un pueblo, al menos en nuestros sectores la vida es tranquila", nos expresa sobre el barrio en el que ha residido siempre, puesto que "llevo aquí toda la vida, es nuestra vivienda familiar, la tercera generación que reside en esta casa". En su caso, ensalza que "hay mucha unión vecinal, somos un barrio autogestionado", relata.

Vanessa también ejemplifica un problema de estigmatización que afecta a todos los vecinos: "La gente se piensa que los 15 kilómetros de Cañada tienen la misma realidad y a veces, cuando das tu dirección, la gente reacciona de forma desigual", nos relata: "Se nota en algo tan simple como, cuando haces un pedido en internet, no te lo traen si tu calle pertenece a la Cañada Real. Sin embargo, la realidad es que los sectores 2 y 3 no tienen nada que ver con Valdemingómez, es como cualquier otro barrio o distrito de cualquier municipio".

En todo caso, pone en especial relevancia la falta de servicios de la que adolece: "Nos faltan ambulatorios, colegios, institutos, un simple supermercado...". Nos vemos obligados a ir a otras zonas o municipios".

"Nosotros tenemos una vida totalmente normalizada, nuestros hijos van al colegio regularmente, somos gente trabajadora y, por una zona concreta, se nos ha englobado a todos los vecinos en lo mismo, y esto no es real", lamenta Vanessa.

Agustín Rodríguez, párroco de Santo Domingo de la Calzada, ubicada en el sector 6, añade que "cuesta mucho ligar la Cañada con el resto de la ciudad", una circunstancia que considera que "agrava una situación de aislamiento de su población, que afecta, entre otros puntos, a la socialización temprana de los niños".

Este contexto de aislamiento, expresa, se convierte en un problema estructural para sus vecinos, que "genera muchísima dificultad en todos los ámbitos: la salud, el ocio, la educación, cualquier aspecto que necesite un entorno comunitario, es muy difícil que la Cañada acceda al derecho a la ciudad".

Las condiciones de aislamiento generan muchísima dificultad en todos los ámbitos

En el sector 6 de Cañada Real reside Houda Akrikez, que también pone en el foco los problemas de estigmatización del barrio y reclama una imagen diferente: "Estamos a 16 kilómetros del centro de Madrid y somos un barrio en el que viven personas, no números, personas que nos levantamos todos los días para cotizar y aportar a la economía de este país. Queremos que se nos considere parte de esta región".

Akrikez reside en una vivienda familiar: "Mi padre, durante toda su vida, ha residido en España, somos una familia marroquí y en 1992 llegamos. Al principio, mi padre vivía en el centro de Madrid, en Banco de España, cerca del Retiro, y un amigo suyo le comentó dos años después que se vendían unos terrenos en una zona de Madrid y que podía construir su vivienda. Compró la parcela y estamos aquí desde 1994".

"El Pacto por la Cañada no se está desarrollando"

La situación de los vecinos en Cañada Real ha llevado al asociacionismo y el impulso de actividades para visibilizar su situación y reclamar mejoras en las condiciones de vida en este punto. "La situación de vulnerabilidad de las familias es muy elevada", explica Aura, psicopedagoga de la Fundación Barró y mediadora, figura que busca acuerdos para lograr soluciones entre los actores implicados en Cañada Real.

Con el objetivo de afrontar la situación en la Cañada, se firmó en 2017 el Pacto Regional por la Cañada Real Galiana, que aglutinaba a todas las administraciones implicadas para una salida pactada. Se trata de la Comunidad de Madrid, la Delegación del Gobierno y los Ayuntamientos de Madrid, Coslada y Rivas-Vaciamadrid.

"El Pacto Regional fue lo que se denomina un 'pacto entre caballeros', pero no se está desarrollando. No se respetan muchas de sus cláusulas, puesto que nos prometieron unos servicios mínimos básicos en toda la Cañada, que no han llegado".

"No tenemos acceso a luz de forma legal, servicio de agua solo en el sector 2, el asfalto lo hicieron pero se ha deteriorado sin mantenimiento, la falta de servicio de Correos en algunos sectores... Son cosas básicas por las que el Pacto Regional no se está cumpliendo, que debería ser algo primordial".

"El Pacto Regional está congelado. Durante los últimos 4 años llevamos tres Comisionados de la Comunidad de Madrid para la Cañada y ninguno ha sido capaz de impulsar el Pacto ni de cumplir los compromisos que contenía. Este acuerdo se firmó desde el consenso, la unidad y la transparencia, principios que se han ido abandonado durante los últimos años. Las administraciones solo se fijan en el valor urbanístico de la zona, y se olvidan de sus habitantes y necesidades", denuncia Cuca Sánchez, concejala de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital.

La edil señala que "a la falta de luz, se suman otros problemas, como los vertidos incontrolados que han convertido a la Cañada en el auténtico vertedero de Madrid; los movimientos de tierra que sepultan viviendas; la falta de transporte; los derribos; las lindes y los cambios de uso de los terrenos".

Un tramo del sector 6 de la Cañada Real
Un tramo del sector 6 de la Cañada Real AP

Houda Akrikez, vecina del sector 6, también señala su incumplimiento: "En el Pacto Regional de 2017 se acuerda el asfaltado de las carreteras y no se ha producido, se recoge el alumbrado y no se ha producido, se han comprometido al servicio de Correos que aún no existe, también se han comprometido a instalar autobuses para movilizarse y garantizar el suministro eléctrico, la luz y saneamiento en Cañada Real y no se cumple. Con esto, se están violando todos los derechos fundamentales que deben tener todas las personas en los barrios normales".

"Se nos ataca desde las instituciones. Los vecinos y asociaciones vecinales del sector 5 y 6 de Cañada Real trabajamos todos los días por romper estigmas y estereotipos. Luchamos todos los días por un barrio en construcción, somos gente que trabajamos en resistencia". "Hay muchísimo orgullo y muchísima dignidad y nos apoyamos continuamente", ensalza Akrikez.

En este contexto, los vecinos han actuado para reclamar mejoras. Houda realiza este activismo vecinal desde la asociación que fundó, Tabadol: "Nace en 2009 a raíz de los derribos en la Cañada Real en 2007, con la unión de cinco mujeres magrebíes. Históricamente siempre se nos ha atacado para desalojarnos de manera forzosa de nuestras viviendas. Hay intereses urbanísticos que están por encima de los derechos humanos", lamenta.

Además, explica que desde el inicio de los cortes de luz, en octubre de 2020, "se creó una Plataforma Cívica por la Luz en la Cañada Real, fruto de la lucha vecinal, a la que se sumaron asociaciones e instituciones".

En el marco de esta batalla, Houda enmarca diversas actuaciones para visibilizar el contexto de los vecinos, como la celebración de manifestaciones culturales, obras de teatro o cortometrajes. Además, también han llevado el caso ante el juzgado de instrucción número 42 de Madrid, cuyo peritaje finalmente concluyó "que el suministro eléctrico se ha cortado tajantemente en los sectores 5 y 6, así como instalado limitadores de potencia en las torretas de alta tensión".

El caso también ha llegado al Comité Europeo de Derechos Sociales del Consejo de Europa, que calificó la situación de "insostenible y una emergencia humanitaria". "Explicaron que la solución no era llevar leña, estufas o un servicio de lavandería, sino garantizar el derecho a la electricidad, con especial acento en las personas vulnerables y, cuando no sea posible, un alojamiento alternativo adecuado a sus necesidades", explica la edil Cuca Sánchez, que remarca: "El resto de soluciones son parches incompatibles con los derechos humanos".

Los problemas estructurales se unen a la estigmatización a la que se ven los vecinos, que dificulta sus condiciones de vida, como explica Miguel Ángel Cornejo, de Cáritas: "Hay un problema de estigmatización social hacia la gente que vive en Cañada", incide. "Cuando uno busca empleo y dice que vive en Cañada Real, hay muchas reticencias por ese estigma", explica, a la vez que defiende que "los vecinos intentan luchar mucho contra ese estigma, pero está ahí".

"La falta de luz es un problema desde hace más de tres años"

Los cortes de luz han ocupado titulares durante los últimos tres años, desde que en octubre de 2020 los vecinos denunciaran un problema de suministros que, en la actualidad, continúa produciéndose en el sector 6.

Houda Akrikez, vecina de este sector, explica que "se trata de un problema que experimentamos desde hace más de tres años en pleno invierno y que afecta a más de 4.000 personas, la mitad niños". "La falta de luz afecta especialmente a las personas mayores y con enfermedades crónicas, que dependen de la electricidad para respirar o dormir", explica.

La concejala Cuca Sánchez señala que los cortes están dejando a sus habitantes "sin lo básico, sin luz, sin agua caliente, sin calefacción, sin poder cargar aparatos electrónicos, en fin, en condiciones inhumanas".

En el sector 2, Vanessa expone que los problemas en el suministro no son habituales, pero sí existen: "Sí que es cierto que el año pasado, en agosto, tuvimos un corte porque la empresa suministradora se llevó 100 metros de cable de nuestra instalación, sin motivo aparente, y tuvimos que restituirlo los vecinos. Por norma general, nos organizamos y el tema de la luz lo vamos controlando como podemos".

Fernando, vecino del sector 2, reclama la regularización de los suministros: "Queremos pagar la luz y todos los servicios, estamos hartos de pedirlo". Además, incide: "En este sector se ha puesto el agua legal y no creo que haya habido ningún problema con ningún vecino".

Daniel, vecino del mismo sector, también señala que "falta que nos legalicen la luz para poder pagar, pero todavía estamos esperando". Nos explica que este problema se ha extendido en el tiempo: "Yo he residido aquí toda mi vida, cerca de mis padres que viven al lado, y toda la vida hemos tenido la misma situación".

Fernando recalca sobre esta cuestión: "Estamos dispuestos a realizar el trámite que sea necesario para ello, pero no quieren porque a nivel especulativo estos terrenos valen un dineral, porque hay muchas urbanizaciones a los alrededores y nos hemos quedado encerrados y lo que quieren es echarnos de aquí".

Por su parte, Marco, del sector 3, señala que "últimamente no hemos tenido muchos cortes en esta zona, alguno pero no demasiados".

En este contexto, la edil Cuca Sánchez plantea: "Es impensable que, en cualquier otro barrio de Madrid, si el vecino del quinto cultiva marihuana, la compañía deja a todo el edificio sin electricidad, sin luz, durante tres años y el Ayuntamiento, como solución, les lleve leña. Si eso hubiera ocurrido en Retiro o en Chamartín ¿qué habría pasado?".

Estado del tendido eléctrico en el sector 2 de Cañada Real
Estado del tendido eléctrico en el sector 2 de Cañada Real AP

La concejala afirma que "en privado, todos los responsables en garantizar que haya electricidad reconocen que se puede restablecer, pero no se hace y no se hace porque se quieren seguir asfixiando a la población que allí vive para que se marche cuanto antes, sin necesidad de realojarles y con el camino para la especulación"

Además, señala que, en el caso de "no restablecer el suministro eléctrico, tiene que haber realojos". Sin embargo, critica que "esos realojos se producen a cuentagotas, pensemos que como mínimo se necesitarían 8 años para llevarlos a cabo. Por ello, se cuestiona: "¿Qué ocurrirá mientras tanto? ¿Seguirán hasta entonces los sectores afectados sin luz? El Pacto Regional establecía que mientras se llevaban a cabo los realojos se tenían que garantizar los suministros básicos, y eso no se cumple, el Pacto Regional está congelado, lo han convertido en papel mojado".

"La situación de la infancia en Cañada está siendo vulnerada"

Los datos oficiales cifran en 2.548 niños residiendo en Cañada Real. "A raíz de la falta de suministro eléctrico desde hace tres años, la situación de la infancia en la Cañada está siendo más vulnerada", expone Aura Morales, psicopedagoga de la Fundación Barró. "No solo por la situación de exclusión social que viven los niños y niñas, sino también por todas las dificultades que tienen a diario para acceder a los recursos, a su centro educativo, hacer los deberes, con el frío que hay en estos momentos, hay muchas familias y niños enfermos".

Construcción de nuevos barrios en el entorno de Cañada Real
Construcción de nuevos barrios en el entorno de Cañada Real AP

Morales también señala que, como consecuencia de esta situación, "hay muchas bajas en los meses de diciembre y enero por la cantidad de enfermedades derivadas de sobrellevar el frío en casa". "Los niños están más enfermos en invierno y también faltan más a clase", señala.

Con el frío que hay en estos momentos, hay muchas familias y niños enfermos

Miguel Ángel Cornejo, responsable de Cáritas en la Cañada, también incide en el aspecto educativo: "Los niños están en líneas generales escolarizados, acuden en una ruta específica. Sin embargo, existen carencias muy diversas. Desde la dificultad para conectarse a deberes online, classroom, y muchos requisitos que dependen mucho de la carga informática y que sin luz o conectividad es muy complicado el acceso, incluyendo aspectos como poder ir aseado correctamente al colegio o instituto. Tienen acceso a la educación, pero muchas dificultades para acceder".

Agustín Rodríguez, párroco de Santo Domingo de la Calzada, en el sector 6, pone sobre la mesa otros factores: "La luz es un añadido, pero la situación de aislamiento en que se vive en la Cañada, entre otros aspectos por esta falta de comunicación o de transporte, también genera un problema en el que la socialización temprana es muy difícil.

Las carencias en infraestructuras afectan también a los niños de la Cañada, como destaca el párroco: "La inmensa mayoría de los niños que tienen menos de tres años no pueden acceder a un espacio educativo porque no existen las infraestructuras necesarias. Se intenta paliar desde las entidades sociales, pero una cosa son los trabajos paliativos y otra afrontar realmente las cosas, pero no se se está abordando la base del problema".

Además, Agustín Rodríguez señala la ausencia de "un espacio de juego para los chavales, que siempre juegan en la calle, a pesar de la falta de limpieza, que provoca que haya muchos residuos. Mucha gente utiliza la Cañada para ir a verter allí escombros y esto también complica la situación de los espacios de juego de los críos", lamenta.

Tramo en el sector 6 de Cañada
Tramo en el sector 6 de Cañada AP

Vanessa, vecina del sector 2, pone el foco en que "se nota la falta de parques. Sería positivo que hubiese escuelas y colegios más cerca, porque siempre tienes que usar coche para desplazarte. Para cualquier cosa es necesario el vehículo privado".

Houda, vecina del sector 6, expone por su parte la discriminación que enfrentan los pequeños: "Siempre cargan con la mochila y la etiqueta de ser de Cañada Real y contra ello tienen que luchar todos los días".

Por su parte, Miguel Ángel Cornejo, de Cáritas, señala las dificultades de los niños. "Los chavales tienen mucha dificultad en socializar, por ejemplo, en las actividades que se puedan organizar fuera del colegio. Normalmente existe un prejuicio grande y tienen dificultades en este sentido para hacer ese tipo de socialización".

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