No falla. Al llegar a final de mes, nuestras tarjetas de crédito vuelven a tiritar. Otra vez nos hemos gastado todo el dinero. Y lo peor no es eso, sino la sensación de no invertir nuestro sueldo en algo verdaderamente gratificante. Ya es hora de solucionar este problema, tenemos que distinguir por fin entre gastos superfluos y gastos recomendables. Nuestro bienestar y nuestro bolsillo lo agradecerán.
Ser consciente de esa diferenciación no es fácil. Por suerte, tenemos la ayuda de dos expertos financieros especializados en este ámbito, Stefanie O'Connell y Roger Ma. Ambos nos dan consejos vitales en una entrevista en Business Insider. Para O'Connell, que ha escrito el libro 'The Broke and Beatiful Life', "lo primero de todo es definir nuestras prioridades. Después, controlar los gastos, con una app o un simple cuaderno, para ver si realmente estás gastando dinero en tus prioridades y estás haciendo los ajustes necesarios".
¿Qué prioridades son esas? Los dos expertos nos ofrecen un listado:
1 Educación
Aunque la educación pública es en muchas ocasiones mejor que la privada, invertir dinero en aumentar el conocimiento, ya sea mediante universidades, cursos o academias de idiomas supone a la larga un valor adicional que conviene tener en cuenta. "Puede incrementar tu capital humano", afirma Roger Ma. "Además, estar en constante aprendizaje hace la vida más interesante y fascinante".
2 Viajes
¿Qué hay más reconfortante que un viaje? Visitar nuevas zonas o regresar a las ya conocidas. Da igual, mientras escapes durante unos días de tu rutina habitual. Un estudio previo realizado en Businnes Insider afirma que las personas son más felices cuando se gastan su dinero en viajes que en cualquier otra cosa. Una de las prioridades a la hora de dejarnos nuestros ahorros debe ser la de vivir experiencias. Para ello, nada como un buen viaje.
3 Colchón
Tras la educación y los viajes, incluir el colchón como tercera prioridad puede sonar extraño. Esto forma parte de nuestra tendencia a minusvalorar la importancia del descanso, y por ende, la de nuestro colchón. "Estamos entre cinco y ocho horas cada día en nuestro colchón, dependiendo de nuestros patrones de sueño. Descansar de forma adecuada afecta a cualquier otra parte de nuestra vida", sostiene Ma.
Por tanto, ya es hora de tirar ese colchón incómodo con el que nos levantamos con unos dolores de espalda terribles. Invertir nuestro dinero en un colchón no parece, a priori, la decisión más excitante del mundo. Sin embargo, su importancia es vital, como asegura el experto financiero: "Si no dormimos bien, no seremos productivos en el trabajo y nos costará más alcanzar ese ascenso soñado. No solo eso, sino que es fundamental para nuestra salud, y a la larga agradeceremos haber hecho el esfuerzo de comprar un buen colchón".
4 Ropa que sienta bien
En la ropa, como en tantas facetas de la vida, lo caro no siempre es lo mejor para nosotros. Podrá tener mayor calidad, pero lo fundamental es llevar algo con lo que estemos cómodos y que nos quede bien. Desde la perspectiva contraria, también sería aconsejable gastarse algo más en una prenda que sepamos que nos vaya perfecto con nuestro cuerpo y estilismo, en vez de quedarnos con algo que no nos convenza por el mero hecho de ser barato.
"No importa el precio que pagues, sea más o menos. Asegúrate que te favorezca", recomienda Roger Ma. Esto repercute positivamente en nuestra confianza. Y ya sabemos que, con confianza, todo es posible.
5 Servicios con los que ahorrar tiempo
Regresar a casa del trabajo no significa descansar. Limpiar, reparar algo, ir a comprar la comida... El hogar puede ser más estresante que la oficina. Y compaginar ambos, un suplicio. Roger Ma lo tiene claro: el tiempo es más importante que el dinero. Por eso, apuesta por hacer la compra por internet, o incluso pagar a alguien para que limpie tu casa. "Si tienes un trabajo estresante, que otra persona haga por ti determinadas tareas puede merecer la pena". A todos nos gustaría: otra cosa es tener el dinero suficiente para ello.
6 Salud
Comer sano debería ser una prioridad en nuestras vidas, así como practicar deporte o actividades que ayuden a mejorar nuestra paz interior (yoga, pilates...). No solo por mejorar nuestro aspecto físico, sino por el emocional y el mental, todos ellos relacionados. Llevar una vida saludable supone un mayor desembolso económico cada mes, pero indiscutiblemente vale la pena.