Imagínate que estás en la calle, y te ofrecen probar una leche totalmente nueva, para ver si te gusta el sabor. Según te explican, se están planteando comenzar a comercializar con una leche diferente, y quieren que la gente antes la pruebe para ver si está buena, y si la compraría; la leche ha pasado todos los controles de seguridad, con lo cual no tienes nada que temer. ¿La beberías? Si acostumbras a tomar leche, probablemente no veas ningún inconveniente en hacerlo; puede que, incluso, esa mañana hayas desayunado café con leche. O que estés pensando en la infusión con leche que te vas a hacer cuando llegues a casa.
Continúa imaginando. La pruebas, te gusta, y comienzas a hablar con la persona que te la ha ofrecido, dándole tu opinión. Justo en ese momento, te indica que no es leche de vaca, sino leche de perra; que están experimentando para ver si pueden pasar a vender leche de una especie diferente. ¿Qué harías en ese momento? ¿Escupirías? ¿Te enfadarías? ¿O le dirías a la persona que eso es una aberración total?
Así fue como reaccionaron las personas a las que PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) les hizo esta cámara oculta, enfadándose y escupiendo. Incluso hubo un hombre que, muy ofendido porque le hubieran hecho beber leche de perra lanzó el vaso al suelo y se fue sin dar más explicaciones.
El experimento fue realizado en Gran Bretaña, donde PETA hizo creer a los que se prestaron a realizarlo que la leche que habían bebido era de perra. En un primer momento, todo parece transcurrir con naturalidad, puesto que los que se están sometiendo al experimento están totalmente convencidos de que la leche que están tomando es de vaca, producto que suelen consumir prácticamente todos los días. No obstante, conforme va avanzando el experimento, la mujer encargada de hacerles probar la nueva leche les indica que no, que no proviene de ninguna vaca, sino de perras que han sido específicamente preparadas para eso. Es justo ahí cuando la gente se asquea y tacha de vergonzoso ese acto.
Pero... ¿Cuál es la diferencia real entre la leche de vaca y la de perra?
Lo que buscaban conseguir con este experimento desde PETA es concienciar a la sociedad de lo que implica que ellos beban leche de vaca. El consumo de este producto está normalizado, y es por eso que lo vemos como algo aceptable; no obstante, cuando nos planteamos qué pasaría si hubiéramos consumido leche de cualquier otro animal, lo mínimo que se nos ocurre es escupir todo lo que hayamos tomado.
En un momento del vídeo, incluso se enseña cómo se le extraería la leche a esas supuestas perras de las que se estaría obteniendo la materia prima; ese hecho hace que la gente se revuelva en sus asientos, incómoda. Porque no les gusta pensar que un animal como el perro está sufriendo de esa forma para que nosotros nos alimentemos con su leche. ¿Cuál es la diferencia real entre la leche de perra y la leche de vaca?
Los humanos somos los únicos animales que, tras pasar nuestra edad de lactancia, continuamos tomando leche. Además, somos los únicos que extraemos la leche de otra especie animal y la adaptamos, la tratamos, para que nuestro cuerpo sea capaz de digerirla. Si hemos hecho eso con la leche de vaca y parece no molestarnos en exceso, ¿qué diferencia habría con la leche de perra? Realmente, ninguna. Y esa es la conclusión a la que PETA quiere que los usuarios que vean su vídeo lleguen: si nos produce asco alimentarnos de leche de perra, ¿por qué no nos produce la misma sensación el alimentarnos de leche de vaca?
Al final del vídeo, PETA reflexiona: "Leche de perra. Leche de gata. Leche de rata. Leche de vaca. ¿Dónde está la diferencia?". A esto, en su cuenta oficial de Twitter añadió que "Si beber leche de perra te revolvió el estómago, ¿por qué no lo hace el beber leche de otro animal?". Es el mismo debate que entra en juego cuando hablamos de comer perros o gatos, por ejemplo; pese a que en España son animales de compañía, hay otros países en los que se comen. Pero, ¿cuál es la diferencia entre un perro y un cerdo? Simplemente que uno está normalizado como alimento, y el otro como mascota.
Por cierto, por si os lo estabáis preguntando: la leche que bebieron era de soja.