Enrique Olivares, el falso cura que secuestró a la familia de Bárcenas el 23 de octubre de 2013 tras cobrar 50.000 euros de fondos reservados del Ministerio del Interior, no podrá declarar contra el PP. La Justicia cree que recibió un encargo para eliminar información contra Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y Javier Arenas. Así se recoge en el sumario de la Operación Kitchen, una pieza incluida en el Caso Villarejo, y que ha supuesto una condena de 22 años de prisión para Olivares.
A pesar de los deseos de 'tirar de la manta', Olivares cuenta con una situación complicada y no podrá confesar detalles, acusaciones ni siquiera declarar en el juicio. El ictus que sufrió en los meses previos al estallido del caso, en la prisión de Cuenca, le impide expresarse con normalidad y, cuando lo hace, incurre en continuas incoherencias. Por ello se encuentra en el módulo de enfermería y se está deteriorando por momentos. Está catalogado como enfermo crónico y el pronóstico para los próximos meses no es especialmente positivo.
Según publica en exclusiva OKDiario, Olivares cobró una primera cantidad de 10.000 euros que se completaría tras la entrega de una información muy sensible para la cúpula del Partido Popular.
En la operación que investiga este caso, también se incluye al chófer de Bárcenas, Sergio Ríos Esgueva, encargado de informar sobre todos los movimientos de la esposa del extesorero, Rosalía Iglesias. El chófer también debería participar en el robo de la documentación, pero cuando el hijo de Bárcenas se revolvió y redujo al secuestrador, Ríos Esgueva acudió al domicilio, dijo que había sido alertado por el portero de un edifico cercano (no especificó detalles sobre su identidad o qué edificio) y actuó colaborando con la familia. Tras estos hechos, los Bárcenas dejaron de confiar en él.
El secuestrador, con un amplio historial delictivo a sus espaldas, aseguró en el juicio que oía voces en su cabeza. El juez no creyó la escena que estaba presenciando, si bien la Audiencia Provincial de Madrid asegura que padece "un trastorno de personalidad con rasgos paranoides, narcisistas y antisociales".
Por ello, se redujo la pena a la mitad. La lista es la siguiente: seis años por cada uno de los secuestros, dos años por tenencia ilícita de armas, seis meses por allanamiento de morada y otros tres delitos de amenazas, castigados con seis meses cada uno. En total, 22 años de prisión que se justifican en que Olivares tenía "parcialmente afectada, aunque no eliminada, su capacidad de acomodar su conducta en los términos requeridos por la ley".
El juez se ha apartado por "motivos personales"
El condenado, que cumple 70 años el próximo mes de enero, se encuentra en el módulo de enfermería tras sufrir un ictus varios meses antes del estallido del caso. Apenas está mejorando, se ha catalogado como enfermo crónico y no cuenta con plenas facultades para testificar en este juicio.
Mientras tanto, falta comprobar qué futuro le espera al chófer de Bárcenas, que también trabajó previamente con Francisco Granados. Ríos Esgueva cobró 42 millones de euros de fondos reservados de Interior y consiguió una plaza en la Policía Nacional con más de 40 años en un destino privilegiado, a pesar de su nula carrera dentro de esta institución.
El juez De Egea, encargado de imputar al chófer y cuatro mandos policiales, ha informado al Consejo General del Poder Judicial que renuncia a la comisión de servicio que le mantenía en la Audiencia Nacional por "motivos estrictamente personales". Así permanecerá, al menos, hasta el próximo 31 de diciembre, cuando se valorará su futuro. Este magistrado mantiene un fuerte enfrentamiento con la Fiscalía Anticorrupción por los detalles del caso Villarejo.