En España puede que este consejo suene más lejano a lo que podamos conocer, pero en el mundo de la cirugía estética sí que resulta útil: nunca, nunca, os sometáis a una intervención quirúrgica de un médico sospechoso y aparentemente barato. Un hombre estadounidense ha caído dos veces en la misma piedra, y el resultado ha sido quedarse, prácticamente, sin pene. Tras dos intervenciones de dos "médicos" sin licencia, éstos le han dejado un pene de 2.5 cm de largo.
La víctima fue un estilista de 55 años de Florida, que hacía poco tiempo se había sometido a una intervención para alargarse el pene, y hacerlo también más grueso. El cirujano era Nery Carvajal, sin licencia para ejercer en el estado, que le dejó como resultado el pene bastante deformado. Ante esta desesperada situación, el paciente quiso invertir el proceso con otro médico, así que Carvajal le recomendó a un colega, Mark Schreiber. Lo que el estilista no sabía que es Schreiber había perdido su licencia en 2005, y había estado 2 años en prisión por haber practicado la medicina sin esa licencia.
Schreiber le cobró 1000 dólares y se puse manos a la obra. Cuando el protagonista de esta historia se despertó, su pene estaba "mutilado", tal y como él expresó. El informe judicial dice (y esto no vale para mentes sensibles) que "el pene de la víctima era increíblemente pequeño, estaba inflamado y le había quitado la piel del cuerpo del pene, estaba en carne viva. La víctima declaró que su pene había menguado tanto que sólo sobresalía 1 pulgada (2,5 cm) del cuerpo". Además, según decía, "no siente nada cuando orina, es totalmente incapaz de mantener relaciones sexuales y sus erecciones espontáneas son muy dolorosas".
Después de la chapuza, el "médico" le había dicho que el resultado de la operación era normal, que sólo tenía que colocar dos palos a ambos lados del pene y envolverlo para que se mantuviera recto.
Por suerte para los penes de Florida, y también para la vida de las personas (porque Schreiber mató a varios pacientes a base de hacerles chapuzas), el médico fue detenido en su casa, donde se encontraron numerosos implantes mamarios. Esperemos que un médico de verdad pueda arreglar el pene de la víctima, y que sean los carniceros de penes quienes los paguen.
En España no conocemos chapuzas así, excepto con los implantes mamarios de Belén Esteban. Y menos mal que para los temas de salud tenemos medicina pública, que permita que todo el mundo pueda ser sanado sin falta de tener que caer en las trampas de los que prometen precios bajos.