Continúa la guerra en Ucrania con Rusia intensificando sus ataques en el este. Con este panorama, Vladímir Putin ha hecho un ejercicio de fuerza mostrando que cuenta con un nuevo y poderoso misil: el Satán II, también llamado RS-28 Sarmat.
El ejército ruso lo ha probado con éxito, según ha han asegurado desde el Ministerio de Defensa ruso. El nombre del misil proviene del código con que se le conoce en Occidente. Es de largo alcance y puede llegar tanto a las principales ciudades de Europa como a Estados Unidos.
Satán II, según una fuente del Kremlin que recoge la Agencia Sputnik, puede cargar en su interior hasta con 12 ojivas nucleares, que destruyan zonas del tamaño de "Francia y Texas". El Centro de Gestión de la Defensa Nacional ruso informó en 2019 de que tiene un alcance de 35.000 kilómetros en vuelo suborbital.
Difícil de detectar e interceptar
Lo cierto es que Satán II, al igual que cualquier misil balístico, no explota. Es un proyectil que habitualmente carga un artefacto explosivo, que puede ser de destrucción masiva en el caso de las ojivas nucleares. Igualmente, puede transportar el Avangard, vehículo de planeo hipersónico que a su vez contiene ojivas nucleares u de otro tipo como las químicas.
El misil tiene una fase de impulso corta. Esto le permite acortar el intervalo en que puede ser rastreado por satélites de infrarrojos, por lo que es más difícil de detectar e interceptar. De acuerdo con Global Security, los lugares de lanzamiento podrían estar equipados con el sistema Mozyr. Protege la zona de bombas y misiles de crucero lanzando metralla hasta una altitud de seis kilómetros.