Una práctica común entre influencers y restaurantes es el intercambio de productos o servicios por publicidad en las cuentas de redes sociales. Esta es una estrategia que genera opiniones divididas. Sin embargo, no todos los empresarios están dispuestos a participar en estas propuestas, como lo demostró recientemente el chef Santi Temblador.
Según explicó Temblador, dos creadores de contenido lo contactaron con la intención de disfrutar de una cena gratuita en su restaurante a cambio de varias publicaciones en Instagram. Aunque esta práctica es habitual, el chef decidió manejar la situación a su manera, cansado de recibir solicitudes similares.
El encuentro tuvo lugar en el restaurante del chef, donde los influencers acudieron bajo la creencia de que la propuesta había sido aceptada.
Tras establecerse en el lugar, esperaban una experiencia gastronómica digna de su perfil en redes sociales, pero lo que recibieron fue algo diferente: un bocadillo de mortadela con aceitunas, bien emplatado, acompañado de un vaso de agua.
Cuando los influencers terminaron su plato, todavía esperaban más. Uno de ellos preguntó qué más tenía pensado ofrecerles el chef. La respuesta de Temblador fue directa:
"Esto es lo que doy a la gente que me pide comida", lo que dejó a los jóvenes sorprendidos.
El chef explicó que, como pequeño empresario, no puede permitirse regalar cenas a cambio de publicidad en redes sociales. "Hay muchos gastos en un restaurante, y no puedo invitar a todo aquel que me lo pida", señaló.
A pesar de la situación, los influencers mostraron comprensión y ofrecieron pagar por el bocadillo.
El debate sobre los intercambios en redes sociales
Este episodio reabre el debate sobre los límites de las colaboraciones entre empresarios y creadores de contenido. Mientras algunos ven en estas propuestas una oportunidad mutua, otros consideran que pueden desvalorizar el trabajo y los costos de quienes ofrecen productos o servicios.
Santi Temblador ha dejado clara su postura: en su restaurante, el esfuerzo y la dedicación tienen un precio, incluso si el plato principal es un bocadillo de mortadela, pero también ha creado una situación que podría no haber ocurrido con un simple "no estoy interesado".
Los nuevos formatos laborales siguen bajo el punto de mira de la crítica y la gente decide "vacilar" o dar "lecciones morales" a unas personas que en ningún momento han demostrado un mal comportamiento o le han faltado el respeto a alguien.