Lo más común es que si te duele la muela por un flemón, tienes úlceras en las encías y no sabes el motivo, o si tu hijo tiene una caries y le tienen que poner un empaste, acudas a un dentista privado. Es lo más rápido y eficaz, aunque no lo más justo. Si nos fijamos, España tiene más dentistas por habitante que la media europea y muchos más que los fijados como recomendable por la Organización Mundial de la Salud. El número de colegiados ha crecido más de un 20% en los últimos diez años, pero una parte ínfima, apenas un 3,6%, está integrada en el Sistema Nacional de Salud: concretamente hay menos de 1.500 especialistas para atender a 47 millones de españoles.
"Somos una especialidad testimonial y no debería ser así. Estamos infradotados y la salud bucodental es muy importante. Todos tenemos boca y tenemos que cuidarla. Y una buena revisión a tiempo ayuda a prevenir otras enfermedades como la diabetes, patologías cardiacas o tumores", explica la vocal del sector de odontología de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS).
Con los planes del Gobierno para ensanchar las coberturas gratuitas –tradicionalmente pequeñas y muy limitadas a determinados tratamientos–, los profesionales se preguntan cómo van a canalizar la nueva demanda de pacientes. La ministra de Sanidad, Mónica García, anunciaba en el Congreso que incluirá a los mayores de 65 años en las nuevas prestaciones a lo largo de la legislatura. "Es uno de los proyectos más ambiciosos que tiene el Ministerio", dijo.
¿Tendencias crecientes?
Según El Diario, de las ocho Comunidades Autónomas que han respondido a sus cuestiones sobre cuántos dentistas tienen y cuáles son sus previsiones de contratación (Andalucía, Madrid, Aragón, Asturias, Cantabria, La Rioja, Castilla y León y Castilla-La Mancha) únicamente cuatro aumentaron plantilla de 2022 a 2023. Andalucía sumó 17 dentistas, Asturias, cinco; Cantabria, tres; y Madrid, uno. Para aproximarnos a la situación de quienes no han ofrecido datos, tomamos las cifras recogidas en el Portal Estadístico del Ministerio de Sanidad del año 2022.
De 2018 a 2022, el número total de dentistas de la sanidad pública creció de 984 a 1432, un 45%. La tendencia es tímidamente creciente en algunas comunidades, pero no en todas. Las plantillas están estancadas en Aragón, Madrid, Extremadura, La Rioja, Canarias y Euskadi. Catalunya es el territorio con más crecimiento en cifras absolutas -de 326 a 396 profesionales en cuatro años- y también tiene la tasa más alta por cada millón de habitantes en España (51), según los datos consultados. En la Comunitat Valenciana es donde tocan a menos odontólogos de la pública: solo 13. El desequilibrio entre estos dos polos es notable.
Miras a futuro
Respecto a los compromisos venideros, solo dos gobiernos regionales informan de sus planes de aumento de plantilla. Habrá seis odontólogos más en Asturias -de un total de 45- y 18 en Madrid -sobre 156-, según los datos aportados por las consejerías de Sanidad. En concreto, desde la madrileña señalan que esos efectivos son ya un "recurso operativo y presupuestado". Otras autonomías, como la de Castilla-La Mancha, responden que evalúan "constantemente las necesidades de la población y en función de ese seguimiento se adoptan decisiones sobre el número de profesionales".
Qué se incluye y desde cuándo
El melón se abrió en 2019, cuando la entonces ministra María Luisa Carcedo afirmó que era "el momento de incorporar la salud bucodental a la sanidad pública". La pandemia truncó la hoja de ruta que había comprometido antes de dejar el departamento,pero en los últimos años las prestaciones se han expandido. El pasado verano de 2022, el Consejo de Ministros aprobó destinar 44 millones de euros para ampliar estas prestaciones, principalmente a menores de 14 años, personas con discapacidad, embarazadas y con cáncer de cabeza y cuello.
Actualmente, la cartera básica de servicios del Sistema Nacional de Salud incluye, a grandes rasgos, revisiones, endodoncias, empastes y limpiezas para menores. Mientras que para adultos; extracciones, tratamiento de infecciones, traumatismos dentales y diagnósticos. Cada comunidad autónoma debe cumplir con los mínimos obligatorios a nivel estatal pero, a partir de ahí, puede ampliar sus coberturas porque tiene las competencias en Sanidad, como el caso de Madrid con los mayores de 80 años, por ejemplo.
El estudio revela que el Sistema Público de Salud solo cubre a los españoles el 2% de las necesidades bucodentales, por lo que la mayoría de familias tiene que recurrir a clínicas privadas para recibir atención dental. En comparación, Alemania lidera el ranking europeo con un 67% de cobertura de necesidades bucodentales por parte de su sistema público de salud.
Las derivaciones
La escasez de dentistas públicos es un caldo de cultivo idóneo para las derivaciones a las consultas privadas. Ya sean con financiación pública (porque no hay personal suficiente para atender la cartera mínima que fija Sanidad) o privada (la que pagan de su bolsillo las propias familias). Ambas vías se mantienen fuertes en un país donde cada año se gradúan más de 1.700 dentistas y que cuenta con casi 41.000 colegiados, según un estudio del Consejo General de Dentistas en España.
Hay 82 dentistas por cada 10.000 habitantes, con una sobrerrepresentación en Madrid, donde la tasa llega a 132. 8.200 por cada millón de personas. Y la expectativa de crecimiento es enorme. "Existen 23 facultades privadas con expectativa de abrir ocho más en los próximos tres años. Podemos llegar a ser el país de Europa con mayor número de centros formativos. Cuando no se controla los números clausus, que solo existen para la pública, el único condicionante es tener aprobada la selectividad, tener plaza y poder pagar", ilustra Óscar Castro, presidente del Colegio General de Dentistas de España.
Dependiendo de la comunidad, los dentistas públicos tienen más o menos peso sobre el total de colegiados. A la cabeza están Castilla-La Mancha (suponen un 8,1% del total) y Catalunya (6,4%); a la cola, la Comunitat Valenciana (1,6%) y Madrid (1,7%).
Así que las cifras confirman que la pública es, pese la ampliación en las prestaciones, una red secundaria y subsidiaria de la privada. Varias comunidades ya funcionan con acuerdos de derivación para programas concretos.
Según el mismo estudio del INE, el 36% de las personas que iban con regularidad al dentista hace diez años afirma que ha dejado de hacerlo por la crisis. "La salud bucodental es un derecho y no puede ser un lujo aunque la salud no sea gratis", explica Castro. "Una extracción dental cuesta unos 150 euros que cubren nuestros impuestos, por ejemplo. La solución es que esta medicina también este cubierta y los dentistas estamos en ello".
Los expertos advierten de que la falta de acceso a la atención dental no solo afecta a la salud bucodental, sino que está directamente relacionado con el riesgo a otras enfermedades. Por ejemplo, una mala higiene bucal puede contribuir al desarrollo de enfermedades como la diabetes y las cardiovasculares.