Todo lo que dice y escribe Fernando Sánchez Dragó es foco de polémica y no es para menos. Bajo el título de 'El lobo feroz', escribe sus columnas de opinión en el diario El Mundo, muchas de ellas reunidas en un libro bajo el mismo nombre publicado en 2011.
El pasado domingo 16 de septiembre, como de costumbre, explayó todas sus ideas haciendo clara apología del franquismo. Pero obviamente, esta no ha sido la primera vez. Hay que recordar de sus polémicas declaraciones o, más bien locuras, del escritor en un programa de Intereconomía en 2013: "El país más libre que yo he conocido y el mejor para vivir es la España que va desde 1955 hasta 1964. Todo era posible en aquellos años, ahora, sin embargo, está todo prohibido".
Sus ideas, como era de esperar, se mantienen en el tiempo. En 'Magistra vitae', haciendo una revisión sobre los golpes de Estado perpetrados en España, según dice "no hay país en cuya historia haya habido más golpes de Estado que en el nuestro". Sobre este hecho que sumió a España en una guerra civil y en casi cuatro décadas de dictadura, Dragó señala que tiene "sus luces y sus sombras. Era necesario".
Además, el intelectual afirma que en nuestro país hemos vivido recientemente un golpe de Estado, "el que hace tres meses dio Pedro Sánchez cuando Rajoy la subrogó". También se refiere al presidente como "intruso"de La Moncloa que "de momento, sigue en ella", porque según explica "no resulta fácil desalojar en Caconia a los okupas".
Sánchez Dragó continúa justificando estas formas de toma de poder y sostiene que "tienen ahora mala prensa, pero sin algunos de ellos la Historia universal sería distinta", refiriéndose al del 18 de julio de 1936 que, según explica, "contaba, como mínimo, con el respaldo de medio país -ningún observador ecuánime puede negarlo- y el Régimen que trajo consigo fue, tras poner coto a los excesos iniciales, menos pernicioso que el anterior".
¿Golpe de Estado contra Pedro Sánchez?
"El alzamiento del 18 de julio no lo fue contra la República sino contra los extremistas totalitarios que se habían adueñado de ella. Hora es de desenmascarar y desmentir a los revanchistas que manipulan la historia por domo sua y de espabilar e instruir a los jóvenes envenenados por la torticera propaganda de quienes quieren ganar ahora una guerra perdida sesenta años atrás con el fuego graneado de sus embustes y su sectarismo. Iniquitas consummata est", concluye.
