El gobierno de Pedro Sánchez no creará un museo para la memoria histórica en el Valle de los Caídos. Ha sido una de las propuestas que han contado con mayor respaldo para resignificar el conjunto, pero el Ejecutivo socialista considera que el lugar "no es neutral" para acoger un centro de estas características.
Tomada esta decisión, Moncloa señala que el Valle de los Caídos continuará con su función actual, es decir, un enclave en el que descansarán los restos de las víctimas de la Guerra Civil. Este argumento fue clave para rechazar la apertura de la tumba de José Antonio Primo de Rivera, el fundador de Falange Española.
A pesar de todo ello, sí que hay intención en evitar la politización del conjunto. Para ello, el gobierno ha afirmado que quiere un cementerio civil, algo que no concuerda con la presencia de los monjes benedictinos (que finalmente sí mantendrá) y la gigantesca cruz que corona la basílica.
"La opinión del Gobierno es que el Valle no puede ser un lugar que se deba resignificar, no puede ser un lugar de reconciliación. Tiene que ser un lugar de reposo, un cementerio civil para las víctimas de la contienda y el franquismo. Esa es la propuesta y la opinión dle Gobierno", ha señalado el líder del Ejecutivo en una rueda de prensa conjunta con el presidente boliviano, Evo Morales.
Lo cierto es que la retirada de la cruz ha sido una de las peticiones más sonadas durante años. El último en proponerla ha sido el diputado del PNV, Aitor Esteban y contaría con el apoyo del resto de grupos que sostienen al Gobierno. Sin embargo, Sánchez aún no ha confirimado este extremo.
La decisión de evitar la resignificación del conjunto, sin embargo, es polémica. Junto a las peticiones de las asociaciones por la Memoria Histórica, el PSOE ya prometió en las pasadas campañas electorales apoyar esta medida.
Por el contrario, sí que se mantiene la promesa de crear una 'comisión de la verdad', con la que se elaboraría un documento que permitiera recoger todo lo sucedido durante la Guerra Civil y el franquismo "desde todas las perspectivas históricas, de la manera más plural posible".
Propuestas de resignificación
Lo cierto es que durante los últimos años se ha matenido un arduo debate sobre qué hacer con todos los vestigios monumentales de la dictadura. Esta polémica ha derivado en un profundo estado de abandono y deterioro especialmente visible, por ejemplo, en el Arco de la Victoria, situado en Moncloa (Madrid).
Algunos estudiosos de la época defienden, también, el mantenimiento de los monumentos, pero con plazas o guías que permitan conocer su origen y todo lo sucedido de manera objetiva.
Este debate continúa, mientras tanto, tras abordar todos los vestigios del franquismo que han permanecido en un segundo plano durante los últimos 40 años de democracia.