Tras el levantamiento del secreto de sumario, el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, ha informado sobre la investigación del crimen de Samuel Luiz, joven de 24 años al que mataron de una paliza en la madrugada del pasado 3 de julio en A Coruña al grito de "maricón", por lo que se trataría de un crimen homófobo aunque la investigación aún no ha determinado este componente de odio.
Miñones ha anunciado que la Policía Judicial ha entregado dos informes de ADN a la jueza que "implican directamente a los dos principales autores de los hechos" que acabaron con la vida de Samuel Luiz después de darle una brutal paliza que resultó mortal.
Según ha detallado el delegado del Gobierno, la investigación policial cuenta con 36 pruebas testificales y ha contado que la agresión duró seis minutos, pues comenzó a las 2:58 horas y finalizó a las 3:04 horas. Por lo tanto, Luiz murió por "multitud de golpes" en la cabeza durante "seis minutos fatales".
El comisario jefe de la brigada provincial de la policía judicial de la Jefatura Superior de Policía, Pedro Agudo ha revelado que la víctima fue golpeada con una botella de cristal que "pensamos que se rompió contra la víctima". Además, se baraja si también fue golpeado con un objeto metálico que se encontró en el registro de la casa de uno de los menores implicados.
La investigación también ha confirmado el papel de Ibrahima Diack, el hombre senegalés que trató de ayudar a Samuel Luiz cubriéndolo "con su cuerpo", por lo que recibió por ello "agresiones que pudieron acabar con su vida". Por esta razón, a los detenidos por el crimen de Samuel también se les investiga por homicidio en grado de tentativa, o asesinato, por las lesiones que causaron a Diack.
Pedro Agudo ha subrayado que "no hay un único autor material", sino varios. Al menos nueve según el atestado policial. "La autopsia habla de varios golpes que son los que producen el traumatismo craneoencefálico que provocó la muerte de Samuel", ha aclarado el comisario.
Colaboración nula de los detenidos
Por otra parte, Agudo ha señalado que "la colaboración de los detenidos ha sido nula", salvo el cuarto, investigado también por haberse quedado supuestamente con el teléfono móvil de Samuel. Con todo, este se presentó en un primer momento en la comisaría de Policía como testigo y "no dijo la verdad", ha explicado.
Lo único que han repetido los detenidos es que no se trató de un crimen de odio. De los seis detenidos, tres permanecen en prisión provisional, la chica ha sido puesta en libertad con comparecencias en el juzgado y los dos menores han sido internados en un centro.
