"Quizás la iglesia misma desaparezca pronto de la faz de la tierra". Así lo profetizaba Víctor Hugo en las líneas de 'El jorobado de Notre Dame' (1831), una de sus obras maestras, que tantas veces ha sido adaptada al cine. 188 años después, la catedral de París ha sido arrasada por un gran incendio que ha encogido el corazón de los franceses y de todo el mundo.
El incendio ya se da por extinguido. Finalmente, los bomberos han podido controlar las llamas, y han conseguido salvar la estructura del monumento más visitado en toda Europa. Quien en su momento también salvó la catedral de su intensa degradación, e incluso de su inminente desaparición, fue Víctor Hugo.
El novelista francés defendió en su obra: "Todavía hoy la iglesia de Nuestra Señora de París continúa siendo un sublime y majestuoso monumento". La caótica situación de la catedral en el momento de la publicación de la novela indignó a Hugo, que añadía en sus líneas: "por majestuoso que se haya conservado con el tiempo, no puede uno por menos que indignarse ante las degradaciones y mutilaciones de todo tipo, que los hombres y el paso de los años han inflingido a este venerable monumento".
Un grito contra la decadencia arquitectónica
De la misma manera, el escritór también denunció que este descuido de la obra arquitectónica era una falta de respeto total "hacia Carlomagno, que colocó su primera piedra, y hacia Felipe Augusto, que colocó la última".
Víctor Hugo ya lamentaba en el prólogo de su libro los malos tratos que se le venían dando a "estas maravillosas iglesias medievales" desde, decía, "hace ya doscientos años". También en una nota redactada por el novelista cuando se publicó la edición definitiva de la obra en 1832, él mismo recordó que su libro era un grito contra "la decadencia actual de la arquitectura y sobre la muerte".
El escritor decía en la nota que "quizás 'El jorobado de Notre Dame' haya abierto realmente algunas perspectivas sobre el arte de la Edad Media, sobre este arte maravilloso hasta el momento desconocido por unos, y lo que es todavía peor, mal apreciado por otros".
Víctor Hugo salvó Notre Dame
Y es que tras la publicación de la obra, muchas personas fueron conscientes del catastrófico e inadmisible estado del monumento. Así surgió un movimiento de opinión que consiguió que se estableciera un concurso en el que participaron varios arquitectos. Entre ellos estuvieron Lassus y Viollet-le-Duc, a los que se les aceptó el proyecto de rehabilitación de la catedral en 1844. Fue en julio de 1845 cuando se votó una ley para restaurarla, con la que se alcanzó el objetivo del escritor.
Por eso, desde entonces se puede decir que Víctor Hugo salvó Notre Dame. El novelista ya escribió en su momento sobre sí mismo: "El autor ya ha abogado en más de una ocasión en favor de la causa de nuestra vieja arquitectura, ya ha denunciado en voz alta muchas profanaciones, muchas demoliciones, muchas irreverencias. Y seguirá haciéndolo".
Ahora Víctor Hugo estaría muy triste, como todo su país y el resto del mundo. Ahora, Víctor Hugo seguiría luchando por denunciar la vulnerabilidad de los antiguos monumentos históricos. Ahora, ojalá Víctor Hugo pudiera volver a salvar a Notre Dame.
