El brutal asesinato de la educadora Belén Cortés, de 35 años, a manos de dos menores varones de 14 y 15 años, en el piso tutelado donde trabajaba y se encontraban ambos acusados, ha generado una gran conmoción. Por estos hechos, ambos se encuentran acusados de los delitos de homicidio, robo con violencia y contra la seguridad vial, puesto que cogieron el coche e intentaron huir hasta causar un accidente en las inmediaciones de Mérida.
El abogado de la acusación, Raúl Montaño, ha revelado que el asesinato pudo haber sido planificado, según su primera observación, y no cuenta con ningún atenuante como el consumo de drogas o alcohol, según ha publica el diario El Mundo de fuentes del caso.
Belén se encontraba totalmente sola en el turno de noche del piso tutelado y a las 22:30 horas cerró la puerta de la vivienda, que guardó en su despacho. Según revela Telecinco, los menores tenían intención de fugarse del piso y supuestamente habrían asesinado a la víctima porque se había negado a proporcionarles la llave de la vivienda. Después de su asesinato, se marcharon con el coche de Belén, con el que tuvieron un accidente en Mérida y fueron arrestados.
La víctima llevaba alrededor de tres años en este puesto de trabajo. Los acusados presuntamente la golpearon brutalmente y después estrangularon con un cinturón alrededor de su cuello. Después de matarla, le habrían robado todo lo que portaba, incluyendo su teléfono móvil.
Montaño ha denunciado que el crimen se cometió con especial saña y que en ningún caso se pueden aplicar atenuantes como el consumo de sustancias. En todo caso, ha sorprendido la especial brutalidad del asesinato. Sobre todo, teniendo en cuenta que aparentemente había una buena relación con ella, ni existía algún conflicto conocido para tal asesinato, a pesar de que había comunicado algunas incidencias sobre la actitud e incumplimiento de normas de los encausados.
Por el momento, ya se conoce el resultado de la declaración de los menores implicados. Ninguno de los tres adolescentes acusados por el momento, los dos varones de 13 y 14 años, a los que se suma una joven de 17, no han reconocido su participación en la muerte violenta de la educadora social. De hecho, la defensa de la joven trabaja ahora para recurrir el internamiento cerrado de su defendida y mantiene que la menor no tuvo relación con el crimen y que hay pruebas testificales que lo sustentan.
La labor de Cortés en el centro
La víctima, Belén Cortés, llevaba alrededor de tres años en este trabajo y su labor se centraba en ocuparse siempre del cumplimiento de los horarios establecidos en el régimen de semilibertad que había impuesto la Fiscalía de Menores.
La relación de los acusados con la víctima no se extendía en el tiempo, tan solo un mes. Durante este tiempo no se habían producido reproches frecuentes por el mal comportamiento de los acusados en su rutina diaria, tan solo algunos conflictos puntuales.
En todo caso, la defensa de la víctima sostiene que este caso evidencia que hay fallos en el sistema y que la labor de los profesionales se ve empañada por falta de seguridad y medidas de prevención que no se han cumplido. Por este motivo, han reivindicado mejoras y modificar protocolos para que este caso no se vuelva a repetir.
Belén Cortés murió mientras ejercía su trabajo, por lo que entre otros aspectos la defensa no comprende el motivo por el que todavía no se ha presentado la Inspección de Trabajo para analizar la vivienda y analizar todo lo ocurrido. En todo caso, considera que este hecho evidencia la necesidad de que haya consecuencias y modificar el sistema para evitar que un caso así vuelva a repetirse.
