Después de una semana parcialmente cortada al tráfico, la Gran Vía de Madrid se ha vuelto a abrir para los coches privados, lo que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha aprovechado.
La vicepresidenta ha querido entrar en la popular tienda de ropa Primark, situada en pleno centro de la Gran Vía (entre la plaza de Callao y la calle Fuencarral) y para ello ha ido en coche, como tantas otras personas que hoy podían volver a utilizar con normalidad una de las principales arterias de Madrid. Sin embargo, ha hecho algo que muy pocos madrileños se atreven a hacer: aparcar en el carril bus.
Sáenz de Santamaría ha entrado en la tienda acompañada por su jefa de gabinete, María Pico, durante casi quince minutos, mientras dejaban dos coches oficiales aparcados en la puerta, lo que significaba invadir el carril bus. En Madrid, aparcar sobre el carril bus supone una infracción grave que puede ser multada con 200 euros.
Todo ello lo recoge El Diario, cuyos periodistas han visto con sus propios ojos cómo la vicepresidenta y su jefa de gabinete entraban a la tienda a las 10:23 de la mañana y salían a las 10:35, lo que ha supuesto que los coches oficiales permanecieran indebidamente aparcados durante 12 minutos.
Siguiendo los pasos de Esperanza
Pero afortunadamente para Soraya Sáenz de Santamaría la policía no se ha percatado del incidente como sí le ocurrió a su compañera de partido Esperanza Aguirre, que protagonizó una escena similar en abril de 2014.
Esperanza Aguirre fue la política pionera en aparcar en el carril bus de Gran Vía, pero fue sorprendida por los agentes de movilidad de la Policía Municipal de Madrid. Los agentes vieron un vehículo vacío aparcado en el carril bus y se dispusieron a denunciarlo, momento en que apareció la lideresa explicando que lo había dejado aparcado un momento para "sacar dinero". Según los agentes, Aguirre se puso nerviosa y arrancó el vehículo para darse a la fuga, durante lo cual arroyó la moto de uno de los agentes.
La versión de Aguirre fue distinta: afirmó que no se dio a la fuga en ningún momento, sino que los agentes la mantuvieron retenida sin motivo durante 15 minutos, tiempo que consideró excesivo por lo que decidió marcharse, tirando una moto en el proceso.