Overbooking. Una palabra que todos hemos oído, pero que no todos hemos experimentado en nuestras carnes. Sin embargo, para un estadounidense de origen asiático, parece que la palabra va a quedar en una especie de trauma.
Las imágenes fueron grabadas por varios usuarios de redes sociales, que rápidamente las compartieron y alcanzaron cinco millones de visitas. En ellas se muestra, literalmente, a un grupo de personas -solo una de ellas está uniformada- sacando a un pasajero por la fuerza, a golpes y arrastrándole por el suelo "como si fuera un saco de patatas".
¿Qué delito había cometido? Pues en concreto, ninguno. Su compañía había vendido más plazas de las que debía y parece que él debía salir del vuelo. Todo comenzó cuando en la puerta de embarque se informó a los viajeros que había una sobreventa de billetes y que podían recibir una compensación de 400 dolares y una noche de hotel gratis si evitaban coger el avión. Sin embargo, se dejó embarcar a todo el mundo.
Cuando el avión estaba completo, se recordó a los pasajeros que era necesario que cuatro personas abandonaran el avión, puesto que los asistentes de vuelo necesitaban estar en Louisville al día siguiente para formar parte de otro avión.
Se aseguró a todos los pasajeros que el avión no partiría en el caso de que los trabajadores no contasen con las plazas aseguradas. Ante la nueva negativa de los asistentes, se aumentó la oferta a 800 dólares. Nadie quiso aceptarla.
Fue entonces cuando la compañía acudió a un recurso un tanto "bestia". Con un ordenador encima, un responsable anunció que, al azar, habría cuatro seleccionados que deberían abandonar el vuelo por las buenas... o por las malas.
Tres de ellos salieron sin problema. Sin embargo, el cuarto se resistió e intentó llamar a su abogado. Sin ningún tipo de cortapisa, el grupo de responsables cogió y la emprendió a golpes contra el hombre hasta reducirle y arrastrarle por todo el suelo del avión como si de un saco de patatas se tratase. El resto de viajeros observaba la escena atónitos y afeando el gesto que estaba teniendo United Airlines.
Las imágenes permiten ver que el afectado llevaba un labio ensangrentado, por lo que los golpes debieron de contar con bastante contundencia.
La respuesta de la compañía
En algún momento de lo sucedido, los responsables debieron de advertir que, quizás, habían tenido demasiada contundencia en su respuesta. Por ello, terminaron dejando que el afectado volviese al avión, en no muy buen estado y tras haber recibido atención médica por las heridas.
La compañía ha querido pronunciarse en Twitter con un comunicado firmado por el ejecutivo de United Airlines, Óscar Muñoz, que afirma esto: "Es un asunto incómodo para todos los que formamos parte de United. Pido disculpas por tener que recolocar a estos clientes. Nuestro equipo está actuando con urgencia para colaborar con las autoridades y ofrecer nuestra propia versión de lo ocurrido, lo más detallada posible. También nos estamos poniendo en contacto con este pasajero para hablar directamente con él y resolver esta situación".
¿Y si nos pasa a nosotros?
En España es legal el overbooking, por ello es importante que conozcamos nuestros derechos a lo hora de reclamar en un futuro a la compañía con la que hemos contratado el servicio.
Al igual que ha sucedido en este caso, la ley ampara que las compañías te obliguen a abandonar el vuelo en contra de tu voluntad. Las empresas se amparan en que en algunos casos hay una probabilidad alta de que una parte del pasaje no se presente en el vuelo, por lo que se justifican para vender más billetes de la capacidad del avión. Por todo ello, en fechas señaladas hay más posibilidades de quedarse tirado en tierra.
En el caso de que esto suceda, el usuario tiene derecho al reembolso del precio del billete, transporte alternativo y asistencia, y solo en el segundo caso también a una compensación económica en función del kilometraje, con las mismas condiciones que en los casos de retraso y cancelación. Las compensaciones, eso sí, no superarán en ningún caso los 600 euros.
Cada año 250.000 pasajeros de compañías aéreas europeas sufren el overbooking, una práctica que aún sigue amparada por la ley.