El Templo Satánico, organización dedicada al activismo político y cultural con sede en Salem, Massachusetts, ha demandado a Netflix y Warner Bros. La asociación considera que existe plagio en la serie 'Las escalofriantes aventuras de Sabrina' y piden entre 50 y 100 millones de dólares por afirmar que la serie ha copiado deliberadamente su estatua del demonio Baphomet, un dios con cabeza de cabra a la que la serie representa como el mal.
La demanda acusa a ambas productoras de "infracción de derechos de autor, designación falsa de la descripción original de marca registrada y de la reputación de agravio a empresas según la Ley de Negocios de Nueva York". La estatua aparece recurrentemente en la escuela de magia como símbolo de maldad, mientras que la organización aboga por un "Satanás literario destinado a ser un rebelde contra la autoridad de Dios, en lugar de un ser maligno".
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— Lucien Greaves (@LucienGreaves) 30 de octubre de 2018
Baphomet es una deidad que se ha usado a lo largo de los años en numerosas obras, pero, lejos de representar una simple imagen satánica antropomórfica con cabeza de cabra, el templo cree que la estatua de 'Las escalofriantes aventuras de Sabrina' es idéntica a la creada por ellos.
Lucien Greaves, cofundador de esta cultura satánica moderna, rechaza la representación equívoca que hacen en la serie: "Mostrar a Baphomet como central en alguna clase de culto caníbal nos hace daño en el mundo real [..] No quiero que nuestro monumento sea asociado con esto".
Ni Netflix ni Warner Bros se han pronunciado con respecto a esta demanda de la que ya amenazaba este culto satánico.
La estatua se construyó para combatir la excesiva representación de Dios
La imagen de Baphomet fue creada aproximadamente en 1856 por un historiador ocultista llamado Eliphas Levi. Pero esta estatua, Baphomet with Children, fue creada en 2013 por el Templo Satánico en contraposición a la de los Diez Mandamientos que fue donada a la ciudad de Oklahoma. Su precio fue de 100.000 dólares y fue colocada para luchar por la igualdad religiosa, pues el templo defiende una "representación igualitaria donde se colocan monumentos religiosos en propiedades públicas".
Lejos de lo que se pueda pensar, el Templo Satánico no es una secta en la que adoren al Diablo como forma maligna, pues sus adeptos defienden la representación de Satán del mismo modo que los cristianos defienden la de Jesucristo, y rechazan cualquier imagen perversa con la que se relacione a su deidad.